Es una vieja expresión que viene a significar algo así como ser generoso malversando lo público en beneficio propio.
Hoy Pedro Sánchez convocó elecciones para el 28 de abril, cuando ya estaban convocadas las elecciones municipales autonómicas y europeas para el 26 de mayo.
Yo sé lo un poco de lo que cuesta organizar las elecciones. En las elecciones del año 2.000 cobré por ello bastante dinero porque fui secretario de la Junta Electoral del Sur de la provincia de Ávila. Resulta que se moviliza buena parte del poder judicial y bastante miembros voluntarios de la administración pública, a cambio de jugosas dietas, aparte de todos los ciudadanos que "pringan" esos domingos, que tampoco están mal pagados a mi juicio. Dietas de desplazamiento, policía, apertura de centros de votación, comidas.... por partida doble.
Y para los votantes la molestia de ir a hacer cola para votar dos veces seguidas en un mes.
No sé cuántos miles de millones vamos a gastar de más, ahora que la deuda pública supera el 100% de nuestro producto interior bruto.
No es solo Sánchez el que se alegra. Todos los políticos parece que celebran el adelanto electoral, y la doble jornada. Ahora no les importa el gasto, con tal de salir, de figurar, de hacerse valer, desde hoy hasta dentro de tres meses. Algunos dirán que había prisa por quitar a este gobierno -puede ser- pero yo hubiera preferido ahorrar, al fin y al cabo se van a gastar dinero de mi futuro.
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