-¿no me jodas que tienes la solución?(...)
Cerrar esta tienda y abrir otra, dos calles más abajo. Pero empezar el negocio sin engañar a nadie, sin joder a otro porque piense distinto de ti, sin que se busquen pretextos para callarte la boca, y sin decirte, además, que cuando te cogen por el culo lo hacen por tu bien y por el bien de la humanidad, y que ni siquiera tienes derecho a protestar o a decir que te duele, pues no se le deben dar argumentos al enemigo (...)
Leonardo Padura "El hombre que amaba a los perros"
Pasado el centenario de la revolución rusa no hay comunismo nuevo a la vista. En Venezuela con una inflación del 1.800.000 %, no sé si hay o ha querido haber comunismo, pero no creo que funcione otra cosa que el trueque, siendo entonces el problema que producen muy pocas cosas que trocar. China y Vietnam no pueden decir que desdeñen eso de la explotación del hombre por el hombre, plusvalías, lucha de clases... Cuba es un anacronismo en liquidación, sin capital humano porque le huyó toda la gente más emprendedora, y Corea del Norte, un régimen absolutista de familia que apostaba por las armas nucleares para extorsionar a los vecinos, y al mundo en general.
El libro de Leonardo Padura es un resumen de un suceso de esa pesadilla, una recreación al instante de un asesinato que conocíamos, contada como una novela negra con bastante suspense. En un momento crucial, el protagonista que no es tonto, sigue la inercia de permanecer ciego a la seducción que la humanidad de Trotski empieza a operar en él, y aplica (lo sabíamos) el porquesí, la cabezonería inculcada, el deseo de ser un agente en la historia, el honor y la gloria de aquella entelequia, no poco miedo a las represalias de la maquinaria estalinista y el deseo de demostrar a un antiguo amor que era capaz de algo grande. Todo aboca a que Ramón Mercader cometa un asesinato mafioso tan incomprensible a lo largo de los años, en nombre de un comunismo tan difícil de creer.
Parece que esta ideología fuera lo más razonable: la hermandad, la solidaridad, el bien común...; poco de esto fue, o es, porque los humanos si algo somos es muy propios, aún con nuestros hermanos de madre. Así que hasta la palabra es tan malsonante en el siglo XXI que poca gente dice de sí mismo que es comunista, y Padura nos cuenta extensas razones de esto.
Es un libro-río, de cerca de 800 páginas, con muchos afluentes caudalosos que, reconociendo su alta calidad, se me ha hecho un poco largo. Creo que es un libro político, no tiene pocas disquisiciones como la reproducida, que me parecen de muy voluntaria inclusión por parte del autor. Lo recomiendo, además me ha motivado para que el 23 de abril me comprara este otro, porque quiero saber todavía más.
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