lunes, 18 de abril de 2016

LA ESTÉTICA Y LA VERDAD

http://cultura.elpais.com/cultura/2016/04/17/actualidad/1460873893_126720.html

Acabo de leer en El País un artículo hagiográfico sobre la chica de Podemos que asaltó la capilla de la Universidad Complutense de Madrid. No voy a negar que sea lícito. Una parte fundamental de la cultura, en la que nos columpiamos para gozar de la vida, es la estética, y es casi imprescindible, como las fantasías en la masturbación.

Uno puede salvarse históricamente por la estética, aunque la verdad haya sido otra.

Para evitar las confusiones siempre es preciso reflexionar, profundizar, pisar el suelo de vez en cuando, pero, sobre todo, al final. Creo que la segunda parte del Quijote nos enseña mucho sobre todo esto.

Hay pocas cosas más estéticas que un Kalashnikov; mucho más si se le asocia a “los movimientos de liberación”. ¿Pero qué es un Kalashnikov?, una máquina de matar personas de reventar con un proyectil de plomo vasos sanguíneos, hígados, corazones, cerebros. Esa es la verdad.
Citaré al inefable Silvio Rodríguez “Canción para mi soldado”.
Si caigo en el camino
Hagan cantar mi fusil
Y ensanchen su destino
Porque no debe morir
“Cantar mi fusil” bonita música…; y los espasmos de quien se desangra al final de la bala que ¿No suenan, o es un baile?

La guerra civil española fue algo muy estético. Tiene buena prensa literaria, está llena de carteles y de canciones, fue una oportunidad para los aventureros de izquierdas. Y después de la guerra para el bando triunfador era como un sueño digno y maravilloso, esas películas de postguerra....

En cientos de documentales se reproducen las espectaculares imágenes de las concentraciones hitlerianas de Nuremberg filmadas magistralmente por Leni Rifenstal. Eso tiene mala prensa, pero la mejor estética.

Los toros son algo fundamentalmente estético. Un animal acorralado que embiste y, como es miope, da oportunidad a lances airosos, porque, además el bruto parece insensible al dolor: “se crece con el castigo” dicen. Bonitas fotografías y cuadros, pero enseguida un monosabio tapa con un rastrillo la terminal vomitona de sangre en el albero. Los detractores de la “fiesta” se ocupan de alumbrar la verdad de las banderillas y la muerte; de ensuciar la estética con la verdad.

Yo creo que el artículo de Manuel Vicent es malicioso. La chica fue justamente condenada a una buena multa, pero la simpatía de este artista por ella parece que la absuelve, que la ensalza ante nosotros. Escribo lo de malicioso porque ha pasado el momento procesal para las réplicas. Solo alguien que no es nadie, como yo, puede perder el tiempo en esto.

Pero el que quiera tener opinión que la tenga.  http://guerracivilenlas5villasdeavila.blogspot.com.es/2016/02/yo-no-creo-en-dios.html A mí también me gustan irracionalmente Silvio Rodríguez y Leni Rifenstal.


No hay comentarios:

Publicar un comentario