Salimos de Mont de Marsán tomando el coche a la puerta del hotel. Nuestro primer destino era la localidad de Rochefort que estaba muy cerca. Pensamos que tendría importancia si en ella nació el famoso queso, pero no debía ser o no nació allí (después he comprobado que fue mucho más al Este). Así que seguimos. Por el camino encontramos muchos chopos perfectamente alineados. Los franceses, desde Carnac por lo menos, son especialistas en alinear cosas.
Encontramos por el camino un pequeño lago "Lac de Clarens" con muchas instalaciones recreativas y un campo de golf al otro lado. Delicioso, y con servicios públicos gratuitos.
Además el sol quería salir, lo que siempre en este viaje agradecimos pues su presencia parecía espantar las lluvias.
Marmande es ribereña del Garona, un señor río europeo que bebe las aguas del Dordoña y del Lot, aunque aquí todavía solo del Lot, y que conocemos en mi familia muy bien, pues pasa por Toulouse y Burdeos.
Tienen una campana por un hermanamiento con una ciudad china que se la obsequió.
La Poste.
Nos encantan las iglesias abiertas.
En muchas de las de España está Santiago Matamoros retratado pisando la cabeza de uno de ellos en la vieja batalla de Clavijo que es del 844, aquí más modernos, no se olvidan nunca de sus soldados recientes .
Un señor órgano, bien lustroso, que tampoco falta nunca.
Creo que es la Anunciación en bajorrelieve, representación donde nunca falta el libro en el regazo de la virgen. Me doy cuenta ahora mismo que los libros en la época de la virgen no eran todavía así. Recordad si no los rollos con un palo dentro que llevaba "Yo Claudio" en la famosísima serie británica.