Hay que recuperar la alegría de vivir, esa que parecía que no teníamos y que el plúmbeo Covid nos ha secuestrado estos dos años. Desnudémonos de mascarillas donde nos dejen las autoridades y sonriamos, pues nos va la vida en ello. Exhibamos nuestros encantos sexuales, nuestras canciones, nuestras fiestas, aunque sean religiosas. Vivamos, pues la vida es lo único que tendremos.
No sé por cual ola vamos, ahora que se ha contagiado la reina de Inglaterra, pero ya va siendo hora de que le perdamos el respeto al bicho y ejerzamos de algo más que supervivientes. Si dejamos correr la tristeza como va, puede que ya nos doble la mano y no seamos capaces de enderezarla.
Hagámoslo juntos si es posible, pero también podemos hacer cada uno la guerra por nuestra cuenta, todo vale contra el enemigo paralizador.
Sonreid, vivid, tened esperanza, transmitirlo; aunque creáis que es mentira, es importante hacerlo.
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