viernes, 2 de agosto de 2024

Guayaquil (Ecuador)

Mi corta historia con Ecuador comenzó hacia el 1.987, que tuve una amistad con un guitarrista clásico nacido en Guayaquil. Fue en Salamanca; nos distanciamos antes de acabar la carrera.

A principios de este siglo sucedió el accidente de tráfico de una furgoneta de obreros ecuatorianos que iban a trabajar a la huerta murciana. Entonces me di cuenta de que había muchos ecuatorianos por aquí, sigilosos, muy trabajadores y que no daban problemas, (uno de ellos murió tan silenciosamente como en la explosión de la Terminal 4 del aeropuerto de Madrid que voló la ETA, el pobre se había quedado a dormir en una furgoneta) y casi todos se volvieron a su país cuando estalló la burbuja inmobiliaria. Una tarde charlé con un joven en el autobús: estaba ilusionado y yo le envidiaba: regresaba a su país, un lugar lleno de futuro donde el pesado era más fresco, más variado y más barato que aquí en el centro de la península ibérica.

 https://guerracivilenlas5villasdeavila.blogspot.com/2013/04/astenia-primaveral.html

Hoy he visto un documental sobre como ha pervertido la droga ese país que, cuando era pobre y modesto, no parecía estar tan mal de violencia y corrupción.

Según explicaban, ya que es el mayor exportador de bananas del mundo, se han utilizado los camiones y los contenedores para introducir cocaína en Norteamérica y Europa, y tienen que hacer un montón de controles para evitar que les "contaminen" (esa era la palabra que utilizaban) el transporte introduciéndoles cocaína, droga que al parecer ha de hacer menos recorrido desde las selvas de Perú o Colombia al puerto de Guayaquil, que a puertos de esos países.

El documental ha seguido narrando los miles de asesinatos las guerras de bandas, los ajustes de cuentas, y además, toda la droga que antes no se consumía en un país de modesta economía y que ahora genera problemas de adicción a los antes sigilosos ecuatorianos.

El resultados es desasosegante y me acordé de aquel muchacho que vivía en un pueblo cercano a Béjar donde se aburría. Pienso que el dinero repentino es un peligro para las personas y también para las sociedades no preparadas, y que les pasa igual que tantos jóvenes coetáneos de mi hija, que solo piensan en tatuarse (aunque sea caro) y en consumir teléfonos móviles o productos alimenticios energéticos, en lugar de entretenimientos más modestos como leer o incluso ver la televisión, cosa que al parecer han dejado de hacer muchos jóvenes.

Les pasaba a muchos adolescentes que se compraban su moto, o que sacaron el carnet para ir de fiesta con los amigos. Muchos se estrellaron.

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