jueves, 31 de marzo de 2022

Un recuerdo, una impresión.

Hoy estoy con "El tamaño del infierno" de Arturo Azuela: un libro que me recuerda a Juan Rulfo y a García Márquez. Es muy bueno, pero leyendo algo de dolores y sufrimientos persistentes me distraje a un pensamiento, a una vieja impresión.

He trabajado en muchos juzgados, donde la gente tiene que verter parte de su vida, por lo que mi experiencia sobre lo humano es bien interesante y variada. Hoy recordé que una compañera de oficina, muy guapa y simpática, un día volvió llorando. La había llamado la juez a su despacho. Yo ni me enteré, estaría tomando declaración a alguien. El caso es que después de un tiempo en el que me dio tiempo a decir ¿dónde se habrá metido esta mujer? ¡Vaya café más largo se está echando esta mañana! Volvió.

-¿Te ha pasado algo? ¿Dónde has estado?

-Me llamó la juez para tomar una declaración en su despacho, esto no se podía hacer en la oficina. Ha sido muy fuerte, lo más fuerte que me ha tocado en esta vida. He tomado la declaración a dos hermanas, mujeres casadas ya, bueno: se marcharon de casa de la manera que pudieron. Han contado como su padre abusó de las dos, muy fuerte eso, terrible. Te puedes imaginar, pero ellas lo habían superado, bueno, estaban fuera de casa. Le habían perdonado, estaba hablado en familia con ellas y con su madre, que es una pobre mujer; también ella ha declarado. El padre prometíó que nunca más, ellas no querían escándalo ni nada parecido, enterrarlo... Da mucha vergüenza. Se hubieran callado, pero ellas estaban atentas:

Su padre ha empezado a atacar a la  pequeña, de trece años, y han decidido ya denunciarle. Y me tocó a mí escribirlo a máquina.

...Me voy tomar café. Me ha dicho la juez que me tome el resto de la mañana libre y lo voy a hacer. No te puedo contar nada más, el expediente lo guarda la juez en su despacho. Es que es mu fuerte, de verdad, muy asqueroso: algunos hombres dan mucho asco.

Recogió su mesa, se encendió un cigarro, porque entonces todavía se fumaba en las oficinas públicas, guardó el paquete y el mechero en su bolso y se fue. Nunca supe más, ni pregunté, ni husmeé, ni olfateé; tampoco me dio tiempo: yo estaba en aquella oficina cubriendo una baja por maternidad y debió de ser al final. El rostro demudado de mi compañera siempre tan alegre me aportó suficiente veracidad y me infundió tremendo pudor sobre aquella tragedia. Fue hace veinticinco años, más o menos. 

Hay gente que vive con dolor incrustado. Nada sé si esas mujeres son hoy militantes de algo y lo vocean con voces altisonantes que pueden sonar hasta huecas o exageradas, o, como creo, lo siguen sufriendo en silencio; porque nunca supe quienes fueron, ni si sus hijos varones, si es que los tuvieron, están bien educados en el respeto sexual a la familia, en la interdicción del abuso de superioridad, de la violencia.

Ya escribí que esta es una historia vieja; parece que hoy las casas son más transparentes y que todo se sabría, porque ya no existe eso del respeto ancestral, ni la vergüenza, ni el aplastamiento que supone que el hombre trajera los únicos cuartos que entraban en la casa; afortunadamente. Pero no sabemos, hay infiernos desconocidos por ahí.

Escuchando a Mozart, como estoy haciendo ahora mismo, todo esto parece más irreal.



jueves, 24 de marzo de 2022

"La sangre de mi espiritu es mi lengua"

 Decía Unamuno en un soneto que comentamos en mi clase de literatura en el bachillerato.

Ciertamente yo me siento hermano o primo carnal de todos los que hablan mi lengua. Es estupendo entenderse con tanta gente y crea un verdadero vínculo de afectividad: siempre iré con Honduras cuando juegue contra Dinamarca al fútbol, siempre me dolerá más un terremoto que pase en Chile que uno que ocurra en Turquía o en Japón. Sabeis que leo mucha literatura hispanoamericana y aprendo con interés su historia, procurando también hacer mías sus variantes de nuestras palabras y de nuestros dichos, (y escribo "nuestros" comprendiéndolos a ellos).

Pero todo tendría un punto que rebosaría el vaso de mi paciencia.

Hoy leo que una de las ciudades ucranianas más bombardeadas es Jarkov, mayoritariamente rusoparlante. Creo que no tengo imaginación suficiente para representarme la rabia que podría generarse en mí que un misil, un cañonazo o una bomba, acabara con mi casa; solo con mi casa, aunque nadie de mi familia resultáramos heridos. Creo más: que aunque solo fuera un estremecimiento que causara una mosqueante grieta en una pared, si los causantes fueran los míos, los españoles fetén que hablaran mejor mi lengua, creo que desertaría para siempre de ellos, de su cultura, de sus tradiciones, creo que me esforzaría en hablar ucraniano, en traducir todos mis sentimientos de odio e impotencia a la lengua de mis vecinos pacíficos, los que no me tiraron bombas.

Supongo que habrá de todo. En Francia estuve en muchos lugares bombardeados por ingleses y norteamericanos para liberarla de los alemanes, todavía setenta y tantos años después hay un sentimiento agridulce, aunque aquello pueda ser más comprensible que la guerra de Putin sigue doliendo. 

Todos queremos nuestra casa y nuestras cosas y aunque tengamos una ideología o unas afinidades culturales, creo que a la rabia concreta por la destrucción gratuita no lo supera nada. Siempre estará ahí.

miércoles, 23 de marzo de 2022

Un día de Gulag

 

UN día de Gulag se debía de hacer larguísimo, el libro es corto a diferencia del titánico Archipiélago Gulag, pero no deja de ser prolijo en sus lecciones. Cuando hay un poder absoluto que machaca sin piedad a sus súbditos díscolos (y ahora pienso en la valiente periodista que se cruzó hace pocos días con un cartel contra la Guerra de Putin en un informativo de la televisión rusa) la vileza humana se multiplica, y con ella la picaresca como ciencia para sobrevivir. El libro es un tratado de jerarquías, de castigos, y de variedades y economías de la miseria en la comida. También es un tratado de albañilería: yo, que lo soy a mi paso, con mis escasos materiales, y con algún fracaso o éxito inesperad, lo he visto tan real que no puede no haber sido vivido, también he visto mis seis meses de peón de fábrica de jamones, que cumplí en Zaragoza.

Es un libro que da hambre, y también náuseas. Creo que la nación rusa, tan culta y tan engañada tantas veces a lo largo de la historia, ha debido hacer suyas leyendo estas experiencias y otras parecidas. Espero que alguna vez sean felices ciudadanos y no los conejillos sufridores de la historia.  Pero lo de esperar es más un deseo que una esperanza próxima.

domingo, 20 de marzo de 2022

"Una familia lejana" de Carlos Fuentes



 Tengo en casa un montón de libros de Carlos Fuentes sin leer, y alguna causa ha de haber para que me rechacen tanto. Leí en su día con gran adoración "La muerte de Artemio Cruz" un libro total que hubiera querido imitar; durante mucho tiempo lo tuve en el altar mas alto, y mi novia, y mi amigo Pablo también. Eso, junto muchas deliciosas entrevistas leídas o escuchadas del gran autor mejicano; intelectual orgánico, candidato al Nobel por mí y por Gabriel García Márquez, motivaron que haya adquirido todos los libros que cayeron en mis manos a un precio razonable. (En el año 99 compré muchos en el Corte Inglés de Zaragoza a 295 pesetas, lo que me parecía un chollo).

Pero no he podido hasta ahora con ninguno. Creo que ya he intentado otras veces Una familia lejana. La última espoleado porque esta novela comienza andando por París, un sitio donde mucho me encantó andar a mí: conseguí nadar setenta páginas. Hasta que sospechosamente hallé mucho evidente fárrago divagatorio mal resuelto, puntuación deficiente y un lío de personajes que me hicieron naufragar, buscar la orilla para no ahogarme. Para no ser sacrílego añadiré que no carece de buenas ideas, párrafos dignos de un grande, y florido vocabulario; pero es una lectura infumable hoy para mí.

He llegado a pensar que a este hombre, ya en todos los altares de la hispanidad, en 1980 nadie le editaba, nadie le corregía, y sus originales entraban en la imprenta tal y como él los concebía "genialmente" porque nadie los leía críticamente, y nadie más que algún crítico <<resentido>> si lo ha habido, al que no se ha debido hacer mucho caso, habrá escrito eso de "el rey está desnudo".

Yo me aventuro con mis 57 años a proclamarlo, al menos de este libro. No obstante, como decidí subrayarlo, buscando básicamente no perderme, o recuperarme y volver a una isla, tomaré una idea que me gustó para  desarrollar en estos tiempos pandémicos.

(...)"era el tiempo en el que le bastaba saberse enamorado sin esperanza, para ser feliz" 

No estoy seguro de que la coma esté bien puesta, ni que lo que yo voy a escribir tenga algo que ver con lo que el candidato al Nobel tenía en su cabeza al escribir. Yo, en estos tiempos, echo de menos enamorarme de la gente. Cuando no estaba el bicho ni sus guardianas mascarillas entre nosotros, los españoles hablábamos, nos mirábamos, nos gustábamos y complacíamos; nos interesábamos y hasta a veces nos llevabámos el perfume de la fantasía del amor. Esto era parte de la salsa de la vida que rebañábamos hasta lamiendo el plato. Ahora solo tenemos filete, vamos a lo que vamos, nada más, tratamos con la gente lo justo y con la intermediaria mascarilla, no nos tocamos, ni bromeamos, ni sonreímos, porque todo está intermediado por el bicho y el apósito protector de nuestas vías respiratorias, pero también expresivas, que es lo que se está desvaneciendo en nuestras vidas.

Antes era bonito y nos "enamorábamos" aunque solo fuera en sueños, ahora  el aire es hostil, insuslo y desaborío. Anunque parece, por momentos, que el terror al bicho lo están matando los tanques de Putin.

viernes, 18 de marzo de 2022

Misiles de largo alcance

 En 1985 ¿o sería en el 86? voté "no" a la OTAN. Como ganó el "sí", en las siguientes elecciones generales no fui a votar. Tal era mi beligerancia contra el hecho de ser parte de un bloque armado contra otro. No sé si he cambiado de opinión, pero la OTAN no me ha estorbado nada en este tiempo. Creo más (o descreo menos) en los valores occidentales de Europa y de Estados Unidos. Aunque a Estados Unidos no le perdono la invasión de Irak de 2003 y muchas otras, con lo que nunca le daría un cheque en blanco.

Pero Rusia es peor, al menos con su régimen autocrático actual. Hemos pasado por alto otras guerras, pero esta es una salvajada descomunal. Seguramente los medios de comunicación me estén manipulando algo con tanta información que no fue tan resaltada en anteriores ocasiones, pero creo que, efectivamente, esta es cuantitativamente más terrible y devastador. Me hace preferible estar bajo el paraguas de la OTAN y confesarlo públicamente, que nunca lo había hecho.

Pienso también que cuando yo voté "no" a la OTAN los misiles intercontinentales de Estados Unidos apuntaban a Kiev, Odessa, Jarkov, Mariupol y todas estas ciudades que nos estamos aprendiendo este mes. Desde el territorio de Ucrania, bajo el control de la URSS, seguramente había misiles intercontinentales que apuntaban a ciudades europeas o norteamericanas, quizá alguna española entre ellas.

Supongo que desde que Ucrania salió del control de la URSS, a la que poco después, según se nos ha contado, entregó los misiles allí emplazados, ya no habrá misiles norteamericanos apuntando a Kiev, y puede que alguno de los que salieron a bases de lanzamiento de Rusia apuntan ahora a Kiev.

Eso sí que es un cambio de pensamiento de la "cabeza" nuclear.

Como en la guerra civil española, estoy con la gente que sufre las guerras y nunca con quien las inicia. He modificado mi pensamiento, pero algo permanece firme: nunca he querido que cayeran bombas atómicas sobre ningún sitio, entonces sobre Kiev pesaba la amenaza de bombas desde Occidente, hoy pesa, y mucho más, la amenaza de bombas que vengan, y le están llegando, de Oriente.

parafraseando a Machado escribiré:

 Ucranito que al mundo vienes, te guarde Dios

una de las dos superpotencias nucleares ha de helarte el corazón.


Creo que he sobrepasado ampliamente la cuota de chistes malos asignada a cada artículo, pero es que la realidad es mala de verdad.

miércoles, 16 de marzo de 2022

El peligro de los imperios caducos

https://www.youtube.com/watch?v=Qt7gIA7asPw

Me sé de memoria en la guitarra el himno soviético, ahora ruso. Es por algo: en las olimpiadas solía ir con ellos, me gustaba su nobleza en el fútbol, pero, sobre todo, su baloncesto: soy del mismo año que Arvidas Sabonis, algo más joven que Homicius, Kurtinaitis, Tarakanov, Sook, Tikonenko, y quizá algo mayor que Marchulonis. La mayor parte eran lituanos; el más famoso de los ucranianos Tatchenko con sus impresionantes 2,22 cm. Recuerdo haber madrugado en el año 88 para ver en directo la semifinal de las olimpiadas de Seul entre USA y URSS en la que los soviéticos ridiculizaron a los americanos. Desde entonces estos últimos decidieron que a partir de entonces llevarían a los de la NBA.  

Por esas fechas también volaba el pertiguista ucraniano Segei Bubka, que fue el primero en pasar de seis metros y subía de centímetro en centímetro para cobrar por cada record del mundo a la ciudad que quisiera patrocinar su intento.

Bueno: he consultado el medallero de Seul y ganó la URSS seguida de Alemania Oriental y de Estados Unidos. En las últimas olimpiadas de Tokio quedaron primeros los Estados Unidos, después China, a continuación Japón, Gran Bretaña y en quinto lugar, la Federación Rusa.

El orgullo de que antes, con muchas trampas como los alemanes orientales, eran los mejores, tiene que ser díficil de tragar en el presente. En el resto de la vida nadie hace caso a los rusos, los coreanos inventan bailes, aparte de hacer televisiones coches y barcos, los chinos hacen de todo, los americanos tienen su cine, su NBA, su deporte, hasta en gimnasia tenían a esa fabulosa chica negra de quien abusó algún entrenador. Rusia es una potencia venida a menos, no hace coches buenos, ni teléfonos móviles, ni ropa: ninguna marca comercial ha triunfado en el mundo, tan solo tienen en su grandísimo solar un montón de materias primas y un pasado que escuece. Pero tienen más tanques que nadie y no van a soportar que sus antiguas provincias sean prósperas y prefieran el mundo occidental. 

No niego que se sientan rodeados y que busquen salida para su flota del Mar Negro. Solo les quedan las peleas como esos solterones viriles que no son capaces de echarse novia, porque no les quiere ninguna, y se refugian en la caza (Putin es cazador) en las bromas pesadas, en las broncas y en las borracheras. Van a demostrarnos algo pegando una paliza a su vecino que es más débil, y sometíendole, mientras todos enrojecemos de impotencia ante esta exhibición matonil, pero solo nos demuestran que son rabiosos y malos perdedores, con lo que dan tanto asco como pena. Y el mundo, que no puede dejar de ser espectador sin detener esto, como no pudo detener la abusiva invasión de Irak de 2003,  también da enorme tristeza.

Y no hay solución, en la historia ha pasado tantas veces...

martes, 15 de marzo de 2022

APACIGUAR

Bonito verbo parece, propio de pacifistas. Yo que he auxiliado a muchos jueces de paz durante años, sé hacerlo, pero hay que tener buena materia prima, esto es gente que escuche y que esté dispuesta a ceder algo. Nunca he apaciguado a un matón y no creo que se pueda, tampoco lo creía Fernando Savater a quien vi en una conferencia en Ávila allá por el año 98. Todo sirve contra los terroristas, actos de repulsa, manifestaciones... pero nada como la policía y los jueces. Lo dijo él: principe del razonamiento. Sin fuerza no se hubiera apaciguado la ETA, detenciones, juicios, cárceles. Lo mismo sucedió con Hitler a quien entregaron los Sudetes,  de Checoslovaquia, permitieron rearmarse, hacer un pacto con Stalin para repartirse Polonia, apoyar al bando de Franco en la guerra civil española, a ver si se apaciguaban. Pero al final solo entendieron cuando los bombardeos y las fuerzas terrestres entraron en Berlín.

A Putin le pasa lo mismo. Nada le va a apaciguar, hace lo que quiere en su país, y en los antiguos miembros de la URSS su "patio trasero"; además hasta se ha permitido dar un "toque" a Suecia y Finlandia. Mientras invade y arrasa, miente y miente, sus enemigos son neonazis, tienen armas de destrucción masiva, hace unos días bombas atómicas, últimamente armas biológicas construidas en Ucrania por Estados Unidos... con lo grande que es Estados Unidos, se van a ir a montar laboratorios en un país al lado de Rusia.

El caso es que yo soy viejo y no sé ni quiero luchar, ni tampoco quiero que lo haga mi hija. Por mí que le den lo que quieran y que se apacigüe por un tiempo, hay que ganar tiempo. Pero hay gente que tiene más responsbilidad, conocimientos y medios que yo, y parece que se impone facilitar a los ucranianos medios para resistir que hagan pupa a las huestes de Putin. Me fio de su criterio. Va a salir caro, sobre todo a los ucranianos, que están viendo como machacan su país. Pero es el único lenguaje que entiende Putin.

¡Pobres rusos! ahora apestan todos por el hedor que mana del Kremlin, bastante desgracia tienen. Ojalá algunos de allí supieran como dar un golpe de mano directamente al autócrata guerrero. Si hubiera funcionado el más famoso atentado con bomba a Hitler se habrían salvado cientos de miles de vidas, la mayoría de alemanes.   

domingo, 13 de marzo de 2022

LITERATURA PARA INTERESANTES ADOLESCENTES



He cogido entre mis manos El astrágalo de Albertine Sarrazin, una mujer que nació en 1937 y murió en el 67: treinta años. Hay muchas ediciones diferentes que he encontrado frecuentemente en libros de lance. Algo tendrá el agua cuando lo bendicen/maldicen así.

 Creo que no voy a acabarlo. Me parece un conglomerado de imágenes de la Nouvelle Vague y yo ya no estoy para eso, no me gusta que nadie se me haga el/la interesante, o por lo menos hoy no estoy para aguantarlo: me gustan las historias verdaderas y no las impostadas. Creo que no tengo tiempo, cuando era adolescente sí, creo que hubiera tenido. Hace poco leí otra vez el Werther que me incitó a suicidarme por amor en mi adolescencia, (lo que pasa es que no encontré ninguna mujer tan interesante que me hiciera un poco de caso como para hacerlo). 

Hace unos años comencé el Guardián en el Centeno otro tostón pretencioso, tóxico para los adolescentes como el que acabó matando a John Lennon, me pareció una majadería que de haberla leído en su oportuno momento, también hubiera hecho estragos místicos en mi visión del mundo. También en algún momento abordé a Charles Bukowski y me pareció una basura, aunque luego alguien me dijo "es que hay muy malas traduciones por ahí". No sé, supongo que todo es el momento y el humor que se tenga. Rayuela por ejemplo hubo ratos en que me entusiasmó, pero al final, cuando llegué a los capítulos llamados por el autor "prescindibles" di por finalizado el libro porque había cumplido el expediente de leerlo y lo que más gana tenía es de terminarlo. Años después mi hija embargada por análogo entusiasmo, hizo lo mismo.

Cuando uno contempla el abismo de lo que dejó de ver o de hacer en su ya talludita vida, y afronta que el futuro viene de molestias, maldormires, ruidos extraños en el cuerpo, nombres que se olvidan, palabras que no salen y tantos libros y películas agazapados pidiendo justicia que he acumulado sin piedad para mis estanterías, aguardando un porvenir que no va a dar tiempo, se enrabieta quizá injustamente contra cualquier película o libro que derive en memez o regodeo altisonante adolescente...

Creo que consultaré en Google a ver de lo que va esta historia para darla por leída por si en algún momento venidero surge en la conversación con alguien a quien quiera impresionar por mi lejana amplitud de contemplaciones vitales, y con esto está dicho todo; perdonad.



PD hace menos de dos meses volví a intentar el Ulises, ¡otro que tal baila!

martes, 8 de marzo de 2022

SIGO LEYENDO A QUEVEDO, HOY OCHO DE MARZO

Mareadito me tienen todos los alrededores de esta fecha con el feminismo, es por eso que advertí que el más ingenioso escritor era bien machista, como correspondía a su época. Yo no lo soy, por eso anoto esta frase:

entre las piernas un ajedrez con sus piezas de juego de damas

Nunca, salvo hoy 8 de marzo, me hubiera dado cuenta que el juego de damas, que es insulso en comparación con la riqueza casi infinita de las alternativas del ajedrez, se llamó "juego de damas" en desconsideración a la inteligencia de éstas, frente a la de los caballeros. No diré mucho más porque sería meter la pata: tengo una hija matemática, mucho mejor estudiante y artista que yo, que fue ajedrecista de pequeña. 

Le dedicamos mucho tiempo a abonar esa afición, incluso ganó algún torneo infantil y sin embargo yo la he vencido las últimas veces que luchamos en este juego de caballeros, a pesar de que mi veteranía juega contra la agilidad del cálculo. 

Una maldición que tienen las mujeres. En los tiempos de aquellos torneos había otra chica muy buena, pero siempre era un niño el mejor. Lo siento pero es verdad y bien que me pesaba. Al parecer, y hasta que lo desmienta alguna mujer ganando a todos los hombres, siempre se supo. Quevedo scriptid.

domingo, 6 de marzo de 2022

Anacrónico señor de la guerra.

 Acabaos de desengañar; que el que desciende del Cid, de Bernardo, y de Geofredo, y no es como ellos, sino vicioso como vos, ese más destruye el linaje que lo hereda. Toda la sangre, hidalguillo, es colorada. Parecedlo en las costumbres, y entonces creeré que descendéis del docto, cuando lo fuéredes o procuráderes serlo (...)

Quevedo. Los Sueños, Las zahurdas de Plutón.

Este hombre llamado Putin quiere reconstruir un imperio con el viejo método de sangre y fuego. El mundo libre le afea su propósito, pero sobre todo su vándalo proceder. No creo que consiga asiento. En los otros lados del planeta los chinos o los americanos nos venden y nos penetran de otras maneras a las que somos permeables: llevamos teléfonos móviles metidos en los bolsillos pantalones vaqueros, montados en patinetes eléctricos, mirando redes sociales, compartiendo allí videos y fotos, sin sangre, ni polvo, ni escombros, consumiendo inconscientes. 

No dudo que la verdad de Putin es más verdadera: la chatarra de hormigones volados y hierros retorcidos durará muchos años, más que el recuerdo del odio supremacista que la inspiró. Putin, no eres señor, tan solo eres un rabioso guerrero, matón mal perdedor. solo despiertas desprecio y repulsa. Y cada casa o vida que destruyes, te hunde más hondo en los detritos de la historia.

Pobre Rusia, siempre jodida. 

Prosigo sembrando Quevedo, a quien ando leyendo actualmente:

-¡La valentía! ¿Hay cosa tan digna de burla? Pues no habiendo ninguna en el mundo sino la caridad, con que se vence la fiereza de otros y a de sí mismo, todo el mundo es de valientes; siendo verdad que todo cuanto hacen los hombres, cuanto han hecho tantos capitanes valerosos como ha habido en la guerra, no lo han hecho de valentía sino de miedo. Pero el que pelea en la tierra por defendella, pele a de miedo de mayos mal, que es ser cautivo y verse muerto, y el que sale a conquistar los que están en sus casas, a veces lo hace de miedo de que el otro no le acometa, y los que no lleven este intento, van vencidos por la codicia.

Ved qué valientes! ¡A robar oros y a inquietar los pueblos apartados, a quien Dios puso por defensa a nuestra admisión mares en medio y montañas ásperas! (...) Así, hombres que todo lo entendéis al revés, bobo llamáis a que no es sedicioso, alborotador y maldiciente; sabio llamáis al mal acondicionado, perturbador y escandaloso; valiente al que perturba el sosiego y cobarde, al que, con bien compuestas costumbres, escondido de las ocasiones, no de lugar a que le pierdan el respeto.

  

miércoles, 2 de marzo de 2022

La guerra actual

 Tengo complejo de que me pueden engañar y por eso voy con los pies de plomo en esta guerra. No me gusta el plomo de la guerra y declaro culpable a quien la inició invadiendo y destruyendo. El culpable es Putin por decidir que ya que no puede dar satisfacciones a su pueblo en lo económico, en lo cultural, en lo deportivo, decide alimentar las bajas pasiones bélicas, imperialistas, nostálgicas.

Fuera de eso es una guerra de imágenes. Creo que a Putin le iba bien con la inicial de terrible, implacable, aplastador, para aterrorizar a los ucranianos y que se rindieran pronto concediéndole un protectorado además de la anexión de los dos territorios donde hay prorrusos.

Creo que Putin se preparó la guerra (como hizo Hitler con Stalin) reclamando apoyo de los enigmáticos chinos así que las sanciones económicas no le van a hacer tambalearse de momento.

También me da la impresión de que no esperaba tanta resistencia y tanta unidad contra él y tanta simpatía por los ucranianos y su presidente cómico. Ahora ese hombre es un personaje elevado a líder mundial y si muere en esta guerra será un héroe de la talla de Luther King, Ghandi, Mandela, Salvador Allende, Patricio Lumunba... Esto no sé si es justo, pero la historia le compensaría históricamente su asesinato. Creo que es más joven que yo, y que, además, tiene hijos. Creo que es preferible sobrevivir para la vida antes que labrarse un indeleble prestigio heroico, pero él no tiene elección.

Lo que pienso ahora, (o me hacen pensar ahora porque todos están a manipular) es que Putin está perdiendo la guerra porque le están resistiendo más de lo previsto y su brutalidad estéril en lo militar le ha convertido en un paria mundial y a los rusos en unos abusones, con lo que le despertará una opinión pública rusa que no creo que vea bien todos los bloqueos y gestos mundiales y deportivos y también que se esté cebando con los rusoparlantes de Jarkov.

Deseo que su pueblo le aborrezca, como le aborrecemos casi todos los demás habitantes del planeta, y que se lo demuestren. Deseo que los ucranianos resistan el tiempo suficiente para que esta aventura bélica le de un escarmiento y sea aviso para emprendedores de futuras guerras.

Pero también es posible que yo me esté engañando o dejando engañar por los manipuladores, todos lo son en esta guerra, que están sembrando mensajes interesados.

Pero quizá lo más importante de todo es que cese cuanto antes la guerra y la destrucción. Se pierden vidas, haciendas, infraestructuras... se contaminan el aire y las aguas, y si al final triunfan las armas el mundo se armará más.