domingo, 31 de marzo de 2019

¿Blindar las pensiones?

El presidente Sánchez promete hoy blindar las pensiones. Eso es una figura literaria llamada sinestesia, como puede ser "olor azul" o "sabor liso".

Un blindaje es una protección importante y se hace de acero o de hormigón o de varios cristales gruesos pegados.
Las pensiones no se pueden garantizar por ley (creo que ya lo hizo Aznar con respecto a su revalorización y de poco ha servido) ni por ley orgánica, ni por ley constitucional como ahora promete hacer Pedro Sánchez.

NO es mala promesa: España es el país con más viejos por niño, es lógico que temamos por estas prestaciones. También es lógico meter esta seguridad  en el discurso electoral. Pero obligar a que la economía futura gire en torno a sacar dinero para las pensiones no es otra cosa que esclavizar el porvenir (esto no es una sinestesia, pero merecería serlo).
La única economía que funciona es la libre, y si se la esclaviza la gente se escapa.

La única manera de asegurar que se puedan pagar las pensiones presentes y futuras es haber tenido más hijos, o incentivar ¡qué difícil! a que los tengamos ahora. Pocas mujeres hoy tienen, como mi madre, tres hijos, ni como mi suegra (que tuvo 10): eso sí que era blindar las pensiones.

Sánchez: por mucho acero u hormigón que se pudiera poner en la constitución (tampoco es una sinestesia), si no hay trabajadores que paguen impuestos o cotizaciones sociales, no habrá pensiones. Pensar que los que llegan en patera o sus hijos van a hacer el esfuerzo de mantenernos cuando seamos viejos creo que será mucho pedir.
La única manera de que existan pensiones es que a los pocos trabajadores que estamos siendo capaces de criar les salgan mucho más baratas, es decir que se reduzcan -que los viejos las pasaremos canutas- o que la ley de eutanasia sea un éxito. Rotundo.

miércoles, 27 de marzo de 2019

Mi expiación


Hoy, que el presidente mejicano López Obrador ha exigido (en idioma español, qué contradicción) que los españoles le pidamos perdón por lo que hicimos con ellos hace 500 años, quiero aprovechar para pedirlo yo:
1.- En primer lugar a la mitad de la humanidad femenina, antepasadas mías, a quienes mis antepasados varones desde que bajamos de los árboles y comenzamos a andar erguidos, sometieron y en muchos casos, y no siempre en tiempos de guerra, violaron . Yo me reconozco con pesar, haber sido fruto de miles de violaciones y en mi calidad de beneficiado por esos espermatozoides invasores que con violencia o intimidación fecundaron los pacíficos óvulos femeninos causantes de mi historia, quiero dedicar un silencioso renglón de puntos suspensivos para lamentar ese dolor, esa rabia, partos con dolor incluidos que, como varón, nunca sentiré:
…...............................................................................................................................

Quiero pedir perdón a mis antepasados vetones, por olvidar su lengua al aprender el latín. A mis antepasados latinos quiero pedirles perdón por no hablar exactamente su lengua porque alguna palabra autóctona se quedó para enturbiar su hermosa lengua. Pido perdón a mis antepasados visigodos, suevos, alanos y vándalos, por despreciar casi toda su lengua en beneficio de la derivada del latín que seguimos hablando en esta península a pesar de las invasiones. Lo mismo les digo a mis antepasados musulmanes: árabes y norteafricanos, de quienes tampoco tomé su religión, pero sí muchas palabras que empiezan por “al”. Supongo que les será doloroso que no haya rezado nunca mirando a la Meca y que me guste tanto el jamón.
….....................................................................................................................
Quiero pedir perdón a todos mis parientes y antepasados judíos, por el mal trato y la expulsión de 1492 y porque me guste no solo el cerdo, sino también los langostinos (aunque solo acostumbre a comerlos en navidad).
….............................................................................................................
Quiero pedir perdón, por fin a todos los americanos del centro y del sur por imponerles mi lengua, llevarles mis caballos, mi trigo, mi café y por tomarles prestadas muchas más cosas como el maíz, el tomate, el pimiento, la patata... Quiero pedirles perdón por acabar por la fuerza con sus folclóricos sacrificios humanos, y por llenarles las ciudades de iglesias, palacios y casas coloniales. Sobre todo les pido perdón por haberles llevado la guitarra, ese ruidoso instrumento; tan adictivo que mi madre considera que de no haberse cruzado sus entretenimientos en mi camino adolescente hoy a lo mejor sería yo el juez que estuviera juzgando a los catalanes del procés y no un funcionario interino en Candelario.
…..................................................................................................
Quiero pedir perdón a los moriscos que expulsó Felipe III en 1603 hacia África; a todos los judíos conversos, a todos los protestantes y anglicanos con los que peleamos los españoles en el siglo XVI.
…....................................................................................
Quiero pedir perdón a los romanos por el Saqueo de Roma que hicieron las tropas imperiales de Carlos V. También pido perdón a los franceses muertos en la batalla de Pavía y en la de San Quintín, a los turcos masacrados en la batalla de Lepanto y, ¿por qué no? a los holandeses de Breda, solo recordados por el cuadro de Velázquez, (les pido también perdón por la usurpación de su privacidad y sus derechos de imagen para este cuadro que seguramente la corte española no abonó en su día).
Quiero pedir perdón a los aragoneses por la ejecución de Lanuza, justicia mayor de Aragón, a los valencianos por la represión de las Germanías, a los catalanes por la guerra y ejecuciones que les hizo el conde-duque de Olivares.
Quiero pedir perdón a todos los europeos que generosamente vinieron a luchar y a morir a primeros del siglo XVIII en la guerra de Sucesión española para ver si imponían un “Austria” o un “Borbón”.
….........................................................................................................................
Quiero pedir perdón a todos los franceses y tropas mercenarias al servicio de Napoleón que murieron en las batallas o en las emboscadas que sufrieron mientras nos invadían para saquear y destruir nuestras riquezas y traernos el progreso de su revolución.
…...............................................................................................................................
Quiero pedir perdón a todos los carlistas que mataron los isabelinos en las numerosas guerras civiles del siglo XIX.
…...................................................................................................
Quiero pedir perdón a los norteamericanos por la voladura del Maine en el puerto de la Habana, que les sirvió de pretexto para hacernos la guerra y hundirnos toda la flota en el puerto de Santiago de Cuba.
….................................................................................................................
Quiero pedir perdón a los cubanos y puertorriqueños, por no haberles vendido a los de USA por unos cuantos millones como hizo Rusia con Alaska y empecinarnos en hacer la guerra que tantos muertos y deprimidos nos dejó.
…............................................................................................................................
Quiero pedir perdón sinceramente, directamente, a los marroquíes que matara o hiriera mi abuelo Joaquín Mayo Velayos en esa guerra estúpida que les hacíamos hace aproximadamente cien años. 


 así de entero y de guapetón (es el del bigote), llegó a África
después del padecimiento que sufrió al estar sitiado unos días en una loma sin agua se quedó así de delgado

Sobre la guerra civil no pido perdón. Mi abuelo Joaquín no pudo participar porque era viejo y mi abuelo Baldomero, como tenía dos hijas y un hijo, la pasó en retaguardia, a veces custodiando prisioneros, pero estoy seguro de que, buena persona y además votante del Frente Popular como fue, trataría lo mejor que pudiera a esa gente. 

Quiero pedir perdón a todos los que no he recordado por no saber la suficiente historia.
…......................................................................................................................


PD. No puedo pedir perdón por el oro o la plata expoliados por mis antepasados. En mi casa no existen joyas de familia. No heredamos nada, así que  la plata de América se la gastarían los reyes Austrias en esas guerras del religión del siglo XVI o nos lo quitarían los napoleónicos entre tantas cosas que saquearon a primeros del siglo XIX. Me da igual ese metal; lo que más me molesta de estos saqueos de los franceses es que se llevaran El matrimonio Arnolfini de Van Eyc, total para terminar en la National Gallery de Londres, con la buena compañía que volvería a hacer al Descendimiento de Van Der Weyden y al Jardín de las Delicias de El Bosco. A ver si se pone de moda el perdón y nos lo devuelven


viernes, 22 de marzo de 2019

Soy impaciente

A pesar de esos 54 años de los que presumo, a veces me puede la idea y no dejo reposar la forma.
Suelo rectificar mis artículos, algunas veces bastante: con demasiada frecuencia no están bien escritos en su primera versión.

Perdón.

Pereza aparente.



Tengo 54 años de vida y algunos de trabajo en la justicia; una experiencia que he obtenido de estas vidas es de la gente abusona en los barrios y también los que salen en los medios de comunicación, aunque al principio parece que escapan y siguen moviéndose fuera de la ley, eso a pesar de que les detienen, les inician procesos... pero les ponen en libertad, en este momento parece que se zafan, porque son muy jetas, muy “valientes” o porque tienen mucho poder..., pero mi experiencia me dice que no; es más, trabajo en ello y la gruesa maquinaria de la justicia es capaz de moler y machacar al más pintado. A veces hasta dan pena, porque les molestamos y les molestamos, no podrán dejar herencia a sus hijos, han de vivir de prestado, aunque sea con el dinero que lograron sustraer antes. No es vida, por mucho que hayan burlado. Pienso en voz alta en Mario Conde, en Blesa, en Rato, en Zaplana, en Roldán, constantemente en juzgados, recibiendo citaciones, pagando, praticándoseles “mejoras de embargo” que es volver a buscarles bienes. Yo conozco a otros famosos en su pueblo por cosas parecidas pero más pequeñas, que les va igual de mal.
En lo penal, una vez que hay antecedentes se va a la cárcel, y siempre estará apercibidos, por gente como, yo -que se lo recitamos-, de que a la mínima volverán dentro.
Bueno, eso del procés parecía que tenía poder y recorrido, que el estado no reaccionaba, que era perezoso a pesar de que le hacían la pedorreta de modo  altisonante. Artur Mas y otros organizadores del primitivo gilireferéndum deben personalmente más de cinco millones que se gastaron de dinero público en aquéllo y han de pagarlo de su patrimonio, para siempre, porque eso no caduca, y es demasiado dinero para levantarlo; y todo por nada, porque de aquello ya todo el mundo se olvidó. Lo heroico parece que fue el uno de octubre de 2017, pero a los actuales les está cayendo el peso de la justicia, ya no se escapan, la gente de la Ley fue tomando nota y todo o casi todo, termina por aparecer. Pagarán y la mayoría de la gente que les jaleaba se irá a otra cosa, a otras prioridades, como pasó en su día con la ETA que ahora son un montón de zombis trasnochados de los que la inmensa mayoría de la población reniega, porque actualmente se vive muy a gusto y se prospera económicamente en los territorios vascos, ya liberados de esos sucesos; mientras tanto, a los protagonistas todavía les quedan años...
Al final de sus vidas se preguntarán ¿Cómo pudimos autoengañarnos de esa manera?

La justicia es pesada y se queda; la vida es ligera y se va.

viernes, 15 de marzo de 2019

Armas de destrucción masiva

Las armas automáticas no pueden estar a disposición de la gente. En las antípodas de España, el dulce país de Nueva Zelanda hoy ha sufrido un tiroteo en varias mezquitas que lleva 49 muertos. Nadie podría hacer eso con un cuchillo, con una ballesta, o con una escopeta de cartuchos.

Puede que no podamos erradicar el odio al diferente pero como mundo no podemos facilitarles a los odiadores las masacres. En otros continentes hay gente que tiene miedo y compra armas de fuego para defenderse; es otro concepto diferente del de mi vieja Europa donde confiamos a la policía el monopolio de las balas. Nos va mejor, no se si se enteran los demás países.

Ahora entra mi vena egoísta, no sé si lo siento más por la pobre gente masacrada o herida o tengo más miedo a las represalias, -que las habrá- en cualquier otra parte del mundo.
A nadie de mi familia le pueden matar en una Mezquita, (solo hemos entrado en la mezquita de Córdoba, que no se usa como tal) pero somos tan humanos y tan carentes de resistencia a las balas como los muertos musulmanes de hoy.

Lo ideal sería que todos tuviéramos una buena educación y que no hubiera tan malas cabezas como la de esos asesinos, hoy neozelandeses, ayer o mañana de cualquier otra parte del mundo.

Pero el mundo global no debe permitir que las máquinas de matar caigan en las peores manos.

Ya sé: soy un machacón, pero es que me sigue doliendo.

miércoles, 13 de marzo de 2019

Mola malo.


Me he leído dos de los libros  de memorias Lo que yo supe y  Tempestad, calma, intriga y crisis que este nefasto hombre escribió en los primeros años de la República para tratar de justificarse.

Emilio Mola Vidal era un hombre pretencioso que sabía escribir bastante bien; quería la complicidad de los lectores y la intenta poniendo toda su carne en el asador y muchas páginas. Creo haber notado (a lo peor es el prejuicio que tenía contra él) que sí, que estamos ante un hombre capaz, muy capaz, con agudo sentido de la observación, y también con un buen conocimiento de la naturaleza humana, pero con sus libros busca trasladar un relato a su favor. Esto, que parece legítimo, es muy peligroso que lo tuviera alguien que ostentó, antes y después de estas memorias, mando en fuerza armada si, además, se siente poseedor de toda la verdad, y también herido e injustamente postergado.  Su despecho hacia la sociedad democrática se agrava con el hecho de estar en esos momentos siendo encausado y encarcelado por haberse excedido en el uso de la violencia.

Sucedió al final de la monarquía de Alfonso XIII, que como Director General de Seguridad se empeñó en manejar a distancia la represión violenta de una algarada estudiantil. Los policías que estaban sobre el terreno, ante la desproporción de que les mandara disparar, exigieron las órdenes por escrito o dichas directamente por sus superiores, porque no lo veían claro. Mola no trata de escurrir el bulto negando que él diera las órdenes, (como algunos miembros del actual juicio del procés)  pero en el libro afirma que alguien le confundió sobre que había tres guardias civiles rodeados en una habitación por las masas y en peligro de muerte.
Mola actuó como un general que tuviera una especie de soberbia intuición. Un manejo sobre la vida ajena, mayor sobre el "enemigo",  ya lo había hecho en la guerra de África(1). Y lo volvería a hacer al montar la guerra civil.

Claro que cuando uno lee un libro cualquiera trata de acompañar y entender al personaje y sus motivaciones, uno tiende a ser dócil con lo que está leyendo, y va cayendo poco a poco en las intimidades del narrador, a no ser que tenga o le surjan cautelas.
No me ha convencido en ningún momento. Probablemente porque conozcía el final, un hombre, jefe de la conspiración con prestigio a la derecha del ejército, que se creía más listo que lo que era, un ser superior, pero a quien la chusma no solo no obedece, sino que le repudia. Un hombre que se siente mal pagado por la antiespaña dominante, por la paranoia del Komintern, por lo que ahora se diría "los progres" y no duda en organizar el golpe de estado, incluso reírse, en ese camino, de la prudencia de "Franquito".
Todos debemos de creer en nosotros mismos, en nuestra propia razón, pero si una gran mayoría de la gente está en otro lado deberíamos poner nuestras conclusiones en cuarentena. En cualquier caso, nunca usar la fuerza física, y muchísimo menos la fuerza militar que la sociedad ha puesto a  disposición, para que sea todo lo exquisitamente responsable que se pueda ser.

Para mí estos libros son los antecedentes psicológicos del cabecilla de la guerra civil, la clave de la conspiración que dio el peor momento de la historia de España.
El mayor odio nace de pretender el mejor amor, si entonces lanza su salto de sapo el rechazo, así los hombres matan a las mujeres que amaron, los políticos roban a espuertas (ahora tenemos delante el caso Zaplana) y `personajes como Mola conspiran para derribar por la fuerza al gobierno elegido.



(1)En la guerra de África hay una dudosa batalla que se llama Dar Akoba donde la unidad que mandaba Mola masacró a muchos marroquíes. A pesar de matar muchos moros no le valoraron tanto como a Franco: este es el problema de este señor. Su momento favorito de la historia es esa batalla, al punto de que ordena que se use Dar Akoba como contraseña de las fuerzas nacionales del Norte que se acercan a Arenas de San Pedro a encontrarse con el ejército que subía de África. Este nombre-contraseña figura en un papel secreto que encontré en el archivo militar de Ávila, o bien porque lo designara el general o porque lo eligiera alguno de sus subordinados con el ánimo de complacerle.

viernes, 8 de marzo de 2019

SER Y HACER



Hoy es el día de la mujer trabajadora y, en España por lo menos, de la huelga feminista.  Estos días a la supuesta patronal nos tienen fritos a reivindicaciones.
Yo solo les diré que el pasado no tiene remedio. Mi padre es el pasado y a pesar de que se lo hemos dicho muchas veces, desde que está jubilado no da ni golpe mientras mi madre se lo haga todo; bueno, alguna vez va a por el pan o baja la basura el solo. Mi madre está igual de jubilada y carga con todo, incluido llamar a los hijos y preocuparse por ellos. Es más generosa y yo creo que los hijos la reconocemos más. Yo querría más a mi padre si compartiera el trabajo con ella. Ahí está el camino de la estima.

Por seguir hablando del pasado, si uno mira cualquier pueblo o ciudad del mundo desde lejos, desde cerca, por arriba, o por abajo, encontrará que todo lo que hay lo han construido los hombres. Lisboa, Barcelona, París, Venecia o Candelario; 

es más, si se rompe alguna teja, hay un socavón, o un atentado terrorista, todavía lo recomponen los brazos masculinos. Pero las mujeres pueden y deben sentirse igual de orgullosas de quienes hicieron esos edificios, ya que los antepasados de nosotros y de vosotras son exactamente la mitad de cada género.
En el futuro, como en el presente, la lucha o la reivindicación de género que hablan, es y será hacer:  es la manera de hacerse valer.
Don Quijote dijo  “nadie es más que otro si no hace más que otro”. No hay atajos.

Una de las cosas que más veo en las pantallas del siglo XXI son programas de fábricas o de construcciones; los ¿Cómo lo hacen?. Me gustaría apreciar más mujeres haciendo estas cosas tan admirables, pero aún son minoría. También veo muchos vídeos de youtube, sobre todo de mi instrumento, la guitarra. Hay muchas mujeres maravillosas pero aún siguen siendo los hombres los que aparecen más. La reivindicación se hace reivindicándose, como ella:

miércoles, 6 de marzo de 2019

Fútbolcojones.

De pequeño jugué al fútbol, aunque nunca tuve un balón de reglamento. Costaban más de mil pesetas, cuando mi padre a lo mejor no ganaba ni diez mil al mes.
Entrenaba en el corral de mi casa jugando solo, con un balón de goma pinchado. Me inventaba jugadas y metía goles en la puerta del pajar. A veces hasta me las narraba radiofónicamente, pensando que estaba en las eras, o que era un jugador del Atlético de Madrid.

Donde más jugué al fútbol fue en las eras de mi pueblo. Jugábamos en otoño, invierno y, sobre todo en primavera, después de la escuela, cuando alargaban las tardes con el cambio horario.

En verano no podíamos jugar porque las eras se empleaban para trillar. Yo pensaba que tampoco se jugaba la liga porque también trillaban en los estadios.




Cuando a los 13 años fui a vivir a Ávila, me di cuenta de que era muy mal futbolista. Luego he jugado con los amigos en el pueblo hasta los 20 años. Éramos, no por mí, sino por mis compañeros, los mejores de mi pueblo. Creo que el último partido improvisado que jugué en unas fiestas de mi pueblo, un joven mayor que yo, me quitó el balón y le hice falta, entonces cayó mal y se hizo daño en la mano. Me duele todavía porque me dijeron después que tuvo que llevar escayola. Cuando me acuerdo, como ahora, pienso si a ese hombre le dolerá el brazo cuando haya revuelta metereológica, (la verdad es que no me gusta pensar en ello, pero os lo escribo por hacer algo de contrición).

una foto de ese día: yo soy el del pantalón rojo que toca la hierba con los dedos 

Aborrezco todo lo que rodea al fútbol: los dineros, las apuestas, las banderas, los cánticos, el nacionalismo, la violencia, el machismo, el odio, la guerra...,  la conmoción nacional.

Es frecuente oír a los futbolistas, "nos dejamos la piel en el campo", "tenemos que luchar a muerte por nuestros colores"; sí, a muerte, dicen.  Ayer ha caído definitivamente en desgracia el último entrenador del Real Madrid, un argentino que habla bien (faltaría más)  pero lo que dijo cuando debutó y jugaban contra un equipo de ínfima división es "hay que echarle más cojones".
¡Qué horrible!

Los cojones son muy malos para el fútbol; cualquiera que haya jugado mucho menos que yo ha recibido balonazos ahí: duelen "de cojones", verdaderamente.

Creo que el hecho de que por ser un deporte barato, machista y universal, los nacionalismos y el dinero más obsceno se han apoderado de él definitivamente, para que no sea más un juego de jugar, sino un juego de millones y de cojones.

sábado, 2 de marzo de 2019

DOS PROPUESTAS ELECTORALES

Tengo dos propuestas para que los partidos políticos que concurran a las próximas elecciones contemplen en sus programas. Trataré de hacérselas llegar por internet. A ver si tenemos suerte.

La primera es limitar el ruido festivo que padecemos los ciudadanos que no queremos sumarnos a las fiestas populares.
a) limitación de decibelios en las actuaciones al aire libre.
b) que ninguna actuación musical al aire libre vaya mas allá de dos horas y media después de la puesta de sol.

La segunda es facilitar a los ciudadanos la cancelación de un servicio: seguros, seguridad privada, telefonía, electricidad, etc.
a)Que todas las empresas pongan en su página Web un botón de desenganche, sencillo, claro y visible.
b)Que el estado facilite una dirección postal o teléfono público (como el 112) donde los ciudadanos puedan sencillamente romper la cadena con cualquier compañía.

Sucede que ayer me dieron la murga hasta altas horas de la noche con una discoteca móvil de los carnavales, y también sucedió hace poco que tuve que pelear mucho para cancelar mi anterior seguro de coche; además de que me toca, por mi trabajo, ir a pedir dinero a gente que no supo cancelar fácilmente este tipo de servicios.
Las compañías lo ponen muy difícil: es un abuso.