lunes, 26 de agosto de 2019

Levantar la liebre

Yo creo que Donald Trump es o muy listo o muy tonto. Ha conseguido ser el hombre más poderoso del mundo porque ha sabido convencer a los estados clave de su país, a pesar de tener tres millones de votos menos. Ya consiguió ser el candidato republicano contra la mayoría de los pronósticos, venciendo a otros que tenían menos antipatías.
Dicen que puede volver a ganar, esta vez hasta en votos, la presidencia USA y será porque ha conseguido mejorar la economía y cuenta con mayor aprobación de los norteamericanos.
Sin embargo, no va a cumplir su principal promesa, levantar un muro de hormigón en la frontera con Méjico.

En política exterior, su principal éxito fue doblar la mano de Méjico en una cuestión migratoria obligándole a que hiciera de filtro en su frontera Sur. No sé cual presidente norteamericano no ha doblado la mano de Méjico cuando le haya dado la gana, así que esto no tiene ni mucho mérito, ni buena prensa internacional. Aunque es posible que este acto de presión le haya dado votos entre los suyos: eso es su especialidad.

En política internacional no lo veo yo tanto. Ha cambiado la embajada americana a Jerusalén y no parece que nadie le siga en esto. No sé si habrá ganado más amigos e influencia que haya perdido en el mundo con esta jugada. Al mundo árabe, que tiene allí uno de sus más importantes santuarios, no creo que le haya sentado muy bien.

Presiona a Irán, no sé si esta presión refuerza o afianza el régimen de los ayatolás. Recientemente un barco petrolero iraní mandado retener por él se le ha escapado de Gibraltar. Creo que eso es un gol en propia puerta.

En su pulso con Hawuei aquí también nos da la impresión que se la ha tenido que "envainar".

Una de sus principales apuestas ha sido dominar al dictador coreano, que le ha sacado a cambio, bastantes fotografías, una de ellas llevándosele al huerto o pisando su terreno, cosa que ningún presidente americano hizo nunca; pero el muchacho sigue tirando nuevos misiles para asustar a sus vecinos.

En cuanto a su apoyo a un Brexit duro, el reciente ánimo a Boris Johnson a que se salga de esa manera prometiéndole que él le va a dar un tratado comercial muy favorable. Puede que le genere adeptos si sale bien parada Gran Bretaña con esta partida abrupta, pero como suceda la hecatombe económica que tanto se ha temido por los ingleses, vamos a ver quien paga los platos rotos. En cualquier caso al resto de los veintitantos europeos no creo que les esté haciendo mucha gracia esta intromisión, (salga como salga).


Lo más divertido es la última ocurrencia de matón-ricachón :
-Oye Dinamarca, que te compro la isla de Groenlandia.
No sé para qué necesita Estados Unidos de modo especial esta isla. Los daneses, que ocupan en número 9 del mundo y tienen una renta per cápita de 62.040 dólares anuales, han dicho que nones. Me imagino que en estos casos surge en los países un sentimiento nacionalista, cuando te quieren comprar por las bravas. Además difícilmente se van a dejar comprar por el número 7 del mundo, Estados Unidos que tiene 65.060, solo 3020 dólares más por persona.

Trump aquí se pasa de listo y levanta una peligrosa liebre: Estados Unidos es el país más endeudado del mundo y su mayor acreedor con diferencia es China.
Y es a China a quien le interesa Groenlandia, por motivos militares, la puede pagar y le viene bien para colocar allí unas bases una flota y se pone a competir militarmente por el Atlántico. Pero no solo eso, a China le interesa que se haga un paso naviero por el norte del planeta, para que pasen sus mercancías por allí, y en Groenlandia podría instalar una base de rompehielos que estuvieran desatascando la zona constantemente (aunque esto tal como va el calentamiento global, puede ser hasta innecesario)
El caso es que si es lícito jugar a comprar Groenlandia, China no le va a dejar dinero prestado a Trump  para eso. Lo que es más normal es que si Dinamarca quisiera venderla por dinero, le interese más el chino que el americano.
Y ahora que Trump ha dicho que esto se puede hacer, a ver quien prohíbe a los chinos pujar por el terrenito.

sábado, 24 de agosto de 2019

Prohibiciones totalitarias

Ayer vi en la tele la película Recuerdos (Stardust Memories) de Woody Allen. Es de 1980, cuando el autor, después de haber triunfado por primera vez en los oscar, tiene la libertad de mirarse como nunca al ombligo y reflexionar sobre la vida de un director de comedia exitoso y acosado por las mujeres y algún hombre; porque lo consideran genial, mientras él, a pesar de su éxito, sigue haciéndose las preguntas fundamentales de la vida.
Woody Allen en mis tiempos jóvenes era idolatrado por las mujeres, porque era un "antigalán alfa", un hombre dotado de fina sensibilidad hacia lo femenino, y toda la inteligencia que proporciona el humor. Entonces él se reía sutilmente del género humano y de todas las tribulaciones, sobre todo de las sexuales. En su obra anticipa con humor, aparte de muchas otras cosas, todo lo que le va a pasar seriamente años después.

Resulta increíble, pero ha pasado; la mitad de las mujeres cultas, esas o las hijas de las que antes lo idolatraban, ahora le odian. En los años veinte del siglo XXI es el símbolo del machismo, un depredador sexual. No existe ninguna sentencia en su contra; si hay alguna será a su favor. Sin embargo ese movimiento savonarólico que dice a todas yo sí te creo, lo crucifca hasta el punto de que no ha podido estrenar su última película, ni publicar su último libro. Los temores de las empresas a los boicots están detrás de esta censura.
Volviendo a ver la película ese movimiento de hoy resulta increíble; más ridículo, cuando uno comprueba que ya él mismo había hecho comedia de todo esto hace treinta años. Solo la incultura y la desmemoria pueden llevar a cerrar y a hacer cerrar los ojos y los oídos a una parte de la humanidad gobernada por un tenebroso sindicato de histéricas puritanas.

Esto ha pasado en la historia, a Miguel Ángel le taparon las vergüenzas de la Capilla Sixtina. Aunque lo puedo entender, en el contexto de la Contrarreforma, Siglo XVI, y al fin y al cabo era un lugar religioso central. Pero al dulce Mendelsson, uno de los grandes genios de la música, judío alemán y rico, que revitalizó a Juan Sebastián Bach, los hitlerianos, grandes amantes de la música decidieron prohibir a este músico por ser judío, claro que los alemanes tienen de sobra a Schubert, Beethoven, Brahms, Mozart, Schuman, Haendel, y Bach, aparte de Wagner que era el favorito de aquella caterva. Pero la humanidad no puede prescindir del genial Mendelsson (y de su hermana, que con la mujer de Schumann, son dos genios femeninos, -aunque menores, comparados con todos los que he citado, de la música clásica-).
Quizá algún día me crucifiquen por haber escrito estas cosas, pero creo que no, de la contrarreforma se salió, del nazismo se salió  y de estas consignas castradoras se saldrá.



Recientemente estuve en Oporto, acompañado de mi mujer e hija, que forma parte muy activa de los movimientos feministas salmantinos: una de sus palabras favoritas es patriarcado, con esto lo digo casi todo.
En un momento dado, en un aparte con mi mujer, como yo y como nuestra hija, maravillados por la hermosura de la ciudad, sus edificios, sus puentes, y a lo mejor harto del soniquete del patriarcado, le dije:
Sí, pero todo lo que ves, desde la grandes moles graníticas, hasta el último cable que da servicio de luz o de internet a esta ciudad, pasando por todas las losas, alcantarillas, aceros u hormigones de los puentes. Todo, todo, lo han hecho y colocado hombres, masculinos, machistas, patriarcas, y lo siguen haciendo, puede que ahora haya alguna arquitecta, o ingeniera pero ninguna ha movido una piedra, remachado un hierro, o dado una paletada de cemento. Todavía en 2019, no he visto a ninguna hacer esto en las ciudades que hemos visitado. Es más, en Oporto hubo una avería de agua en una calle principal, y allí todos los que abrieron la calle, cambiaron los tubos y la volvieron a cerrar, eran hombres masculinos.
Esto que tantos venimos a admirar es fruto del sufrimiento, llámalo frío o calor, siempre sudor: los golpes, heridas, muertes, fracasos, también guerras, pero también reconstrucciones; es masculino, de este género "opresor" al que pertenezco y vosotras no. 
A mi hija no me atrevo a decirle estas cosas.

Uno no se había dado cuenta hasta ahora de que sí: nosotros los hombres hicimos las guerras, en las que aprovechamos para violar a las mujeres e hijas de los vencidos, y sin necesidad de guerras, las maltratamos y explotamos en el hogar, pero también somos autores de todo lo magnífico que nos hace viajar y disfrutar.
Supongo que alguna mujer feminista caerá si no ha caído ya en la cuenta, que todo el turismo cultural, (el de naturaleza es otra cosa, afortunadamente no tiene sexo todavía,) es un puro narcisismo patriarcal.  Venimos a admirar lo que han hecho los hombres.
Espero que no se den cuenta y prohiban el turismo.

Parece una bobada. Lo es. No creo que ninguna se atreva ni a postularlo. Sería la risión.

Pero recordando la película de Woody Allen, que ahora no puede verse por ninguna feminista empoderada, uno piensa que, dentro del totalitarismo, todo es posible. Los alemanes de 1933 creyeron que podían prescindir de la música de Mendelsson y la prohibieron. No sé si tendreís tiempo pero a mí me encantan los preludios y fugas que este músico judío, que fue prohibido en una época, escribió a la manera del otro grandísimo protestante alemán. Juan Sebastián Bach.
https://www.youtube.com/watch?v=fW2NC_hkrMk
    

jueves, 22 de agosto de 2019

Zaniki, una película para no ver.

Especialmente si se es seguidor de los Mayalde. Como tantos que los han visto sobre un escenario, yo soy devoto de esta sagrada familia y lo puedo demostrar:
https://guerracivilenlas5villasdeavila.blogspot.com/2013/07/eusebio-mayalde-el-luthier-charro.html
https://guerracivilenlas5villasdeavila.blogspot.com/2013/07/la-bodega-de-capirro.html

Hace casi dos semanas me salí de un festival de música que me estaba gustando por satisfacer esa devoción. Una película en cine sobre la relación del abuelo Mayalde con el mayor de sus nietos. Había por ahí un anticipo de imágenes bonitas de un tractor arando y mutando el amarillo de un campo por el color de la tierra. ¡Qué bonito!

 Aunque no parecía que tuviera mucha vida comercial, porque ellos en su página, de la que soy seguidor,  anunciaban el acontecimiento de que se iba a poner en algún sitio.
Bueno, una historia intimista, tan distinta de las violentas que se ofrecen a los que van al cine, que deben ser jóvenes en su mayoría, no puede extrañar que no tenga recorrido en las salas.

Pero no es por eso, es que Zaniki es "una mierda pinchá en un palo". Cuando el director de una película dice al al público antes de la proyección que solo va a durar hora y cuarto, es que tiene ya conocida experiencia (a pesar de los pocos pases que ha habido) de que a la gente se le hace larga, y se sale. Así hicieron algunas personas, desde mi primera fila oí no pocos golpes del asiento retráctil contra el respaldo y cómo la gente ganaba el pasillo central para huir sigilosamente.

Después de la proyección había debate con el director. Hubo gente que se salió en ese momento, con la descortesía que supone hacer esto en la cara del autor de algo. Yo, ya que me había perdido el otro buen espectáculo, deseé apurar esta purga hasta el fondo y me quedé.
Como nadie preguntaba, -bueno, hubo un par de preguntas sobre las localizaciones geográficas (todas de la provincia de Salamanca)- el director nos contó la génesis, como diciendo que casi todo era idea de Eusebio Mayalde, (que él se había dejado hacer, ¡vaya!, como los niños cuando les pillan). Este director de cine, cuyo nombre ni me acuerdo ni quiero acordarme, le admiraba desde hace años y le había propuesto hacer "algo".

Bueno, pues cualquiera que se haya visto en ésta sabe que eso es justamente lo que no se debe hacer nunca: voy a escribir una novela a ver qué me sale, voy a pintar un cuadro a ver qué me sale..., pues si dices eso con una película sale esto, que es mucho más caro, y luego tienes que hacer porque lo vea la gente para recuperar algo de lo invertido.

Una historia corta que se resume en que un abuelo que recibe la noticia médica de que va a morir decide transmitir su filosofía a su nieto, llevandosele a acampar por ahí. El niño recupera su autoestima con la sabiduría recibida y el abuelo, cumplida su misión vital y después de hacer una serie de majaderías animistas, se practica la eutanasia con escopeta a fin de que nadie sufra por él.

El director nos subrayó  -insisto, sin que nadie le preguntara- que esto último había sido idea de Eusebio Mayalde. Yo creo que el director, aunque no tenga muchas luces para lo suyo, sí sabía leer en la cara de decepción y bochorno que teníamos los que permanecíamos en la sala. Por mi parte pienso en contrapartida que si todos nos fuimos con mal cuerpo a casa, él debió tenerlo peor.
Nos dijo para terminar, que el nieto, Zaniki, que es como le llaman al muchacho en casa, lloró en el estreno, porque creía que su abuelo se había muerto.

Seguro que un poco murió Eusebio Mayalde para todos los que vimos esa película. Él, que milimetra tanto sus espectáculos, que sabe contar historias con más gracia que nadie, que tiene originalísimas ideas de puestas en escena, la había cagado soberanamente en una pantalla grande.

Lo único que se salva es lo documental: por ejemplo cuando se pone a hacer música con las tejas de un tejado. Por cierto, la toma de sonido soberbia, parece algo que sí sabe hacer este director de cine.

Con Mayalde se puede hacer un documental puro, entretenido y brillante, contando lo que hacen y cómo lo hacen, que son unos artistas; sin más historias. Pero hemos perdido esta oportunidad para siempre.

Creo que nunca he sido tan cruel con nadie, cuando más alto sube uno las esperanzas mayor golpe se dan en la caída.
Espero olvidar pronto este mal trago.

domingo, 18 de agosto de 2019

Oporto, donde las aguas de Castilla se juntan con el mar.

Mi primera impresión de Oporto fue, ¿cómo es posible que haya tardado casi cincuenta y cinco años en visitar esta maravillosa ciudad?
Siempre ha estado a menos de cuatro horas en coche, este sitio donde llevan desembocando las aguas de las tormentas que pasan por la puerta de mi casa de Cardeñosa, las aguas de mi río Adaja de Ávila, las de mi Tormes de Salamanca, las de mi Duero de Zamora... todas fundidas, se vienen a unir al mar en este monumental lugar.
Una ciudad muy bien labrada de granito, que es mi mineral: la piedra de la que vivió todo mi pueblo, de la que mi padre cobra su jubilación. ¿Cómo podía yo haberla desconocido hasta ahora?


Portugal es un país unido, lo cual para este español de 2019 un poco abrumado por las banderas autonómicas, por las identidades que pujan por lo suyo, por poner fronteras, por desentenderse... es motivo de envidia. Además, la mayoría de los portugueses quieren entenderse con nosotros, muchos hablan muy bien nuestra lengua y, aunque sus principales batallas históricas fueron contra nosotros, nos llevamos muy bien en esta península compartida. Muchas empresas españolas venden en Portugal. La mayoría de los productos que yo compro en Béjar están escritos en nuestras dos lenguas.

Oporto nos ha resultado estos días un lugar luminoso, narcisista, festivo, y lleno de grúas ce construcción, es decir, todavía entusiasmado por el futuro, abarrotado de turistas que han gozado de su arte acumulado, de sus músicas callejeras, de su olor a sardina rebozada, de su maravillosa repostería. Todo mucho más grande y bonito de lo que me había imaginado.










sábado, 3 de agosto de 2019

Cebos

Ayer vi un documental en la televisión en la que explicaron como a un perro le enseñan a detectar droga jugando con un mordedor que la contiene. El perro se divierte y quiere jugar: busca el "juguete" y se excita al encontrar la droga, la policía la descubre y después de su trabajo de detectar drogas deben darle placer al perro jugando un poco con él para que se divierta.
Está claro que amamos que nos den placer, que nos den la razón, que nos lean el pensamiento coincidiendo con nosotros. Así funcionan las amistades, cuando nos damos cuenta de que una persona siente muy parecido a nosotros, decidimos hacerle nuestro amigo; incluso forzamos o rectificamos nuestros gustos un poco, para acoplarnos a los suyos.
Uno se acerca a lo que quiere o quiere lo que se acerca, es mucha la evolución a lo largo de la vida, pero esta conducta no es científica. Uno debería siempre dar un paso atrás y tratar de mirar con la máxima perspectiva, ser lógico, racional; pero lo que trata es de empatizar, o de terminar de coincidir que es justo lo contrario. Sucede a la inversa cuando queremos perder una amistad, tratamos de disentir, de afear, de aborrecer.

Con las noticias, los medios de comunicación, pasa lo mismo: uno ahora puede ajustar sus querencias a lo que quiere querer y busca el autoengaño. Ahora incluso los robots de internet le ayudan  proponiéndole lugares o noticias que le gusten, cuando lo racional sería buscar la fuente, el conocimiento, los datos objetivos; y si no se puede llegar, al menos mirar versiones contrastadas.

Así pasa con la guerra civil española, con la revolución cubana o con cualquier cosa sobre la que se quiera tomar partido.
Parece que está bajando la libra esterlina y la razón probablemente sea la idea de que vamos a un Brexit duro y la gente no va a demandar libras para comprar en una economía aislada. La noticia que acabo de elegir cuenta lo mal que le está yendo a Boris Johnson, me ha dejado de buen humor, pero me es inevitable pensar que alguien busque darme ese placer para que posteriormente quiera yo ver ese periódico. Así que lo pongo en cuarentena. Debo hacerlo. No olvidemos, por ejemplo que para la mayoría de los partidos periódicos y medios de comunicación españoles en general, estaba clarísimo que ganaría Hillary, y puede que tengamos Trump para otro mandato.

 Ya lo he escrito otra vez: hay mucha gente que decide solo ver Real Madrid Televisión y así nunca sufren con el juego de su equipo porque solo repiten los partidos o las finales que ganaron.

La verdad es la verdad aunque duela y es lo mejor para andar de día por la vida. Hay que buscarla siempre y nunca conformarse con manejos placenteros. Otra cosa es de noche, para cebar el sueño, lo mejor que debemos hacer nosotros mismos es autoengañarnos con placer y nunca con pendencias, dudas, complicaciones, desconfianzas.
Dormidos somos más vulnerables. De día despiertos. Solo de noche dormidos.