Hay como en toda Francia un gran monumento a los enfants de la patrie caídos en la primera guerra mundial, a los de la segunda no se les hizo monumento aunque se añadieron sus nombres en esa parte que quedó libre.
El río Lot espejo un poco turbio, cárcel y foso de defensa de antaño, pero también albergue de oxígeno y vegetación ribereña.
Parte de la muralla para entender esta península cercada la explica este torreón que llega hasta un borde del istmo. Los que hayáis visto Cádiz lo entenderéis mejor.
Una puerta o un bastión, de esa antigua muralla.
La muralla se tiraría en el ensanche de la ciudad aunque se conservaron torreones bastiones y esta parte del muro
Una parte exterior de la muralla que hubo se dejó sin tirar y se aprovechó para cerrar parte del cementerio extramuros que vamos a ver.
Pasada esa puerta llegamos a este cementerio, igual que os gustan los mercados, también no dejamos de entrar a estos lugares tan artísticos en nuestra cultura, (inolvidables cementerios de Oporto o de Comillas, o el Pere Lachaise de París)
El cementerio se cierra por la noche.
Para una novela que escribí investigué que la leche de cabra es mejor aceptada por los lactantes humanos que la de oveja o vaca. Aquí tenemos la prueba, a falta de nodriza las enormes tetas picudas de una cabra por si no fuera poco el que una mitológica cabra, de nombre Amaltea, fue la que amamantó al dios Zeus de niño. La mitología enseña.
Foto en agradecimiento a este aparcamiento gratuito donde pudimos dejar el coche unas cuantas horas.
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