Esperaba mucho de él por ser el padre de todos los palacios reales barrocos y posbarrocos. Me imaginaba un espacio expositivo similar al Louvre. Pero no hay tal o es que yo no fui capaz de apreciarlo.
MI familia llegó entre tensos avatares originados por dos grupos de timadores diferentes que nos abordaron en la estación de Montpanasse. Supongo que unos primeros, tras su intento de hacerse con los cincuenta euros que manejaba para comprar los billetes de tren en una máquina nos “marcaron” y pocos minutos después hubo un segundo "voleur" que después “tropezó” con mi mujer y cayó al suelo Supongo que quería que le ayudáramos para que apareciera otro a liarnos de alguna manera. No caímos en las trampas, pero ya nuestro viaje estaba marcado por violencia, rabia, agresividad y temor.
Y Versalles nos recibió con lluvia y negros vendiendo paraguas a 10 euros. Negocié mal y se lo saqué por cuatro euros. Caro y malo, lo rentabilizamos con el ahorro de la humedad que nos hubiera penetrado en la media hora de cola que sufrimos apretados los tres hasta llegar a las taquillas del palacio.
Penetramos en el palacio embutidos con otros turistas. Viendo demasiado por encima salas, planos, retratos, muebles, techos, cortinajes... Yo pensé que las apreturas se aliviarían como sucedió en el Louvre, pero no había tanto espacio expositivo como en el museo para que la gente se desparramara y no sucedió. Entre la humedad y mirando por las ventanas como los jardines estaban siendo regados por la lluvia, valoraba yo que no que había valido la pena hacer este viaje. Ver otros cien cuadros y cuarenta estatuas de mérito, pero no tan singulares como las del Louvre el día después de haberlo pateado, supone echar demasiada agua sobre un vaso bastante lleno.
es un poco lamentable ver a la gente con esos chubasqueros de plástico que aún pueden chorrear
Es recomendable espaciar todo lo que se pueda la visita a estos dos lugares.
Unos jardines enormes bajo la lluvia son muy interesantes para los deportistas que corren o los paseantes románticos, pero para unos turistas que tienen el mapa lleno de sugerentes cruces de un París al que hay que volver cuanto antes para conseguir objetivos, no es lo más apropiado. Respirar los jardines Versalles con sol tiene que ser un capricho real, pero para nosotros sólo lo fue potencial.
Cuando ya habíamos decidido irnos, escampaba.
Cuando ya habíamos decidido irnos, escampaba.
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