Así están las cabezas desde ayer
por la mañana, cuando revelaron que el estrellamiento del avión alemán había
sido “por voluntad” de su copiloto Andreas Lubitz, cuya enigmática foto en el
Golden Gate de San Francisco, tardará en írsenos de la cabeza.
Mientras venía andando he tratado
de buscar respuestas para soslayar la rabia y la amargura cerebral. Creo que es
lo mejor: racionalizar las cosas. Lo que hubiera tenido que hacer e este hombre
ante el dilema que le ha ofuscado: buscar una perspectiva externa, creativa,
humorística, o sencillamente racionalizar adónde iba a llevar ese sentimiento
destructivo a tanta gente que estamos directa o indirectamente afectados,
(aparte de haber quemado una montaña, que parece que es lo de menos entre tanta
tragedia humana o económica); todos lo estamos y lo estaremos más intensamente
cada vez que montemos en un avión.
La autodestrucción y la
destrucción van con nosotros. Mi madre, que es muy católica, dice “Dios nos
libre de un mal pensamiento” porque eso del mal pensamiento no es tan raro. Lo
peor es la ofuscación o la patología continuada. La catástrofe llega cuando cae
en un ser excepcional que domina técnicas o tiene poder. Pienso en el maldito
francotirador noruego que además de haber visto muchas películas y tener gran
puntería y frialdad, sabía preparar y colocar bombas.
Andreas Lubitz tuvo hace unos
días todo el poder de la vida o la muerte sobre el pasaje de su avión cuando
cerró la puerta dejando fuera al piloto. Todo estaba en su exclusiva mano y
pudo decidir lo que hizo.
Siempre ha habido locos
patológicos: las noticias hace tiempo nos golpearon con que unos padres
mataron a su hijita adoptiva, otro padre, José Bretón, mató e incineró a sus
hijos de pocos años. También hay pirómanos que hicieron fechorías como ésta que a mí me dejó sin palabras http://guerracivilenlas5villasdeavila.blogspot.com.es/2011/01/el-incendio-de-13-del-barranco-de-las.html
Los que se hacen más famosos son los locos con poder, pensamos en el portotipo de otro germanoparlante, Hitler, pero también Pol Pot o Stalin o Tiberio o Calígula.
Los que se hacen más famosos son los locos con poder, pensamos en el portotipo de otro germanoparlante, Hitler, pero también Pol Pot o Stalin o Tiberio o Calígula.
El poder es peligroso, cuando yo
era un niño, mi padre me dejaba una escopeta de aire comprimido y salía a cazar
por los alrededores de mi pueblo. Como nunca conseguí matar a un abubute o a
una urraca, un día se me ocurrió disparar al sol. Menos mal que no le acerté:
me hubiera cargado el sistema solar “un muchacho de 10 años se ha cargado el
sol como si fuera una bombilla de alumbrado público”, buena la hubiera liado.
Por salir de esta broma: una vez acerté a un gorrión en la nieve, sufrí el
contraste térmico de recoger del lecho helado el cuerpecillo del animal con su
sangre aún caliente, que dejó una fea mancha sobre la blancura. Me pregunté con
pena por qué lo había hecho. Quise desplumar y comerme el animalillo, por darle
una razón de su muerte, pero no fui capaz. Nunca más he disparado a nada vivo.
Tampoco nunca he disparado otra cosa que esa escopeta de perdigón.
Un guardia civil, amigo de mi
padre una vez nos dejó ver su pistola, aunque le había quitado el cargador,
sentí por unos segundos el vértigo de que mi mano podía matar, que me podía
volver loco y dispararlos.
Hay locos por ahí que ejecutan
sus locuras. Voy a adjuntar este horrible vídeo que no me atrevo a volver a
ver. Un tonto con poder, sin conocerla de nada le pegó este golpe a una joven.
Es igual de inexplicable.
https://www.youtube.com/watch?v=gTopuqP9EIo
No sé qué mundo estamos haciendo,
cómo nos cargan o nos recargan las películas que vemos, las propuestas estéticas, musicales,
literarias... Existe, y lo tenemos muchos, el deseo de ser famoso y que una cámara siga tus pensamientos, que
alguien repase con interés cada detalle de nuestra vida. Como está haciendo
todo el mundo hoy con Andreas Lubitz. ¿Notoriedad a cualquier precio?
El problema insoluble es que ahora ponemos nuestras vidas en manos de alguna gente.
Dios nos libre de cruzarnos con
un loco con ese poder.
No hay comentarios:
Publicar un comentario