Culpable pero en su mayoría de los casos,
inocentemente, podemos repetir un bulo que en frío siempre tendría aspecto de
bulo, y casi siempre lo hacemos por adornar una cálida conversación, por echar
otro filete de argumento sobre una balanza de razones; siempre a algo que nos concierne un
poco de lejos.
Es que no siempre pensamos con la cabeza. Yo,
por ejemplo, dije en una ocasión, a alguien que me lo recomendaba y quería
prestármelo: no me interesa ese disco de Gloria Estefan, porque es “gusana”. Años más tarde, cuando a mí me llamaron
gusano, me di cuenta de la vileza y de la injusticia de ese insulto,
prefabricado interesadamente con la peor intención; que pude repetir
acríticamente, porque quería tanto a Silvio Rodríguez, Leo Brouwer, Alejo
Carpentier...
Y no pensé con la cabeza hasta que me afectó.
Hace unos días un grupo de cincuentones
arreglábamos España en torno a una mesa y unas cervezas, y a mí me dio por
criticar la globalización económica que impide hacer políticas fiscales que
ayuden a sufragar el estado de bienestar, las deslocalizaciones, el dumping
social…, en una palabra: China.
Y nos pusimos a criticar. En un momento salió
alguien, nada sospechoso de xenofobia, en sus seis primeras capas de la
cebolla, (en el centro más blanco de la nuestra cebolla, -supongo que él
también-, seguro que todos-todos somos racistas, machistas, xenófobos y casi todo
lo inconfesable que podamos ser. Recientemente me contaron de una señora a
quien, atrapada definitivamente en el mal de alzeimer, no hay quien la aguante
porque se ha vuelto una tremenda maleducada; pero tampoco hay quien la conozca,
porque siempre fue todo lo contrario. Desaparecidas las artificiales capas de
educación que, gracias a la razón, nos implantamos, asentado ese mal de la
memoria que hace abandonar a los centinelas, sale lo peor de nosotros mismos,
que siempre se albergó en el centro más blanco de nuestro ser)
El caso es que el hombre menos sospechoso de
racista, soltó eso de que los chinos no pagan impuestos; que, con tal de que
abran tiendas, el gobierno los permite por cinco años no pagar impuestos. ¿Si
no de qué...?
Esta es una leyenda urbana interesada.
Nadie ha visto ni oído cuándo el
ministro de asuntos exteriores chino firmara el acuerdo con su homólogo
español sobre ese particular, ni nadie es capaz de encontrar, ni en Google, el
texto de ese acuerdo de exención de impuestos en nuestro país a los nativos de
la pujantísima República Popular. Pero este bulo, que yo ya oí hace seis años
de labios de una prima ultraderechista, quejándose de que Zapatero los había
dado ese privilegio, va a acompañar a los sigilosos y laboriosos chinos mientras
vivan entre nosotros, lo mismo que, durante siglos, acompañó a los judíos el
bulo de que envenenaban las fuentes y se dedicaban a secuestrar niños para sus
prácticas nigromantes.
Lo dicho: estar alerta, pensar con la cabeza,
tener alerta los centinelas.
PD Eso sí, estoy seguro de que los chinos
defraudan todo lo que pueden, como la mayoría de los españoles
PD Un saludo a los controladores de la red chinos. Cada vez que publico algo sobre esta nacionalidad se registra en la estadística una entrada de ese gran país.
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