martes, 16 de septiembre de 2014

IDEALISMO ESPECTACULAR

EL ENVOLTORIO, EL “ATREZZO”.
Roma debe ser consciente desde hace más de dos mil quinietos años que es importante  saber presentar una idea en lo arquitectónico, en lo escultórico, para propios y para ajenos. Primero, presentaron el poder de la urbe republicana, después de la metrópoli imperial, y no repararon en gastos: lo hicieron a lo grande. La Roma romana impresiona y debía impresionar más a los provincianos que vinieran a hacer algún negocio aquí. Es colosal: uno podía venir de Mérida, de Tarragona, de Itálica, y ver que aquí que las columnas, las estatuas, los estadios, las termas, son mucho más tremendas.

Arco de Séptimo Severo, al fondo se ve otro arco, creo que de Diocleciano, en el mismo recinto del foro está el de Tito y muy cerca, al pie del Coliseo está el de Constantino. 
 Estadio dentro del Foro
Foro, véanse lo pequeñas que son las personas.
Yo no sé si los romanos se creían mucho su imperio, y tampoco sé si son o han sido muy católicos, pero ¡cómo han envuelto la capitalidad religiosa! Todas las iglesias de Roma son espectaculares, sus bóvedas, sus frescos, sus cuadros, sus suelos: lujo completo. Yo no he visto iglesias inacabadas, ni decoradas de cualquier manera; aquí sólo vale lo excelente. Nadie debe "saltarse" una iglesia; todas tienen regalos sorprendentes para nuestra vista. Y San Pedro del Vaticano es la más colosal y de las más hermosas. Pero San Juan de Letrán, Santa María la Mayor, la Iglesia del Gesú..., son como rosas de mármol. Aquí estuvo en arte lo mejor de lo mejor y parece que nunca faltó dinero.  

Me pregunto si, en tiempos, se llenaban todas las iglesias, porque estoy seguro de que ahora es imposible. Creo que hay novecientas, tan sobreabundantes que  algunas están adosadas.
Se ven grandes órganos y elevado lujo, es fácil suponer que debía haber competencia en el oropel de la ceremonia. Seguro que la había en los cantores, en los organistas, en los músicos. ¡Cuánto me gustaría ver ceremonias barrocas en estos lugares, con conjuntos musicales, con coros, con procesiones interiores, con lujosas casullas, cirios, palios, con incienso embriagador, todo espectacular para ser acorde con sus soportes que ahora vemos. No sé si entre tanto trabajo (muchos de los feligreses tenían que trabajar duro construyendo o decorando iglesias) cabía lugar a que la fe sobrepujara la al arte, al artificio, la tecnología. Lo digo porque cuando uno está por dentro de una cocina, de la educación, de la justicia, de la Universidad, descree más que cree en ellas. Cuántos lisiados y muertos, caerían realizando estas obras tan enormes. Cuánto dinero, vanagloria, soberbia, corrupción, explotación, se moverían entre los promotores para que tengamos estas maravillas.

 Perfil del cielo romano, al fondo la cúpula de San Pedro
Detalle



Sigo siendo igual de ateo. Pero es admirable el idealismo espectacular.

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