Interior de la catedral de Rodez

 

Dentro de la catedral han habilitado una capilla para ponernos una maqueta de su magnificencia, así no necesitamos un dron para explicar. No sé si he comparado aquí a las catedrales con los centros comerciales en los que el altar sería el principal atractivo, (léase Carrefour, por ejemplo) luego estarían otras tiendas en los alrededores, de ropa, de lotería, joyerías, etc, algunas franquicias, que en las catedrales serían las capillas. Pues en estos momentos quizá en las catedrales sobran capillas y devociones particularista y el turismo impone este otro atractivo, cultural, expositivo de la arquitectura etc... aunque no es una novedad, creo que precisamente en San Pedro de Roma, que decíamos anteayer,  ya había algo parecido.

Las catedrales son contenedores de aire iluminado, juegos de luces que vienen del cielo 

El espectáculo se completa con un órgano que revuelve las vibraciones de color, con los colores musicales de sus tubos. Esa mañana estaba inactivo pero no es raro encontrar en los templos franceses a alguien haciéndolos sonar, los organistas han de practicar en los órganos, que además han de ser tocados como los motores de explosión que han de hacerse funcionar por higiene de sus cilindros, igual que aquí por limpieza de sus tubos y ejercicio de sus mecanismos. En mi pueblo teníamos un sacristán que tocaba el órgano, y gracias a ello llegó en buen funcionamiento hasta finales del siglo XX, a un músico que estudiaba y conocía los órganos de la provincia de Ávila le dije, pero es que toca muy mal, y me dijo: pues gracias a él el órgano está vivo.

Supongo que esta capilla representa la oración en el huerto de los olivos

Los púlpitos que servían para acercar la palabra de dios, o los sermones del cura más bien al pueblo, dejaron de usarse tras el Concilio Vaticano II. En mi pueblo el cura lo usaba para rezar el rosario. Por cierto este púlpito con un Hércules sosteniéndolo se elaboró en Burdeos en 1828 si no recuerdo mal.

Una pareja argentina que encontramos en la Roque Gageac, tenía en su programa de visita venir a Rodez para empaparse de espíritu catedralicio francés.