miércoles, 6 de octubre de 2021

Viaje cronopiesco del 25 de septiembre al dos de octubre de 2021 (1)

 Un par de cronopios motorizados como el que suscribe toman un mapa y deciden que, como aún no han visitado Murcia, por allí irá su viaje, y que además podrán conocer la histórica ciudad de Cartagena y volver a ver el mar: esa inmensidad de agua que está unida a todos los mares del mundo.

Fijado el objetivo parece que, aprovechando que no pasa muy lejos de allí, podríamos rellenar la casilla de Ciudad Real, una capital de provincia poco conocida, porque no tiene nada atractivo que merezca la pena ir a ver y porque tampoco pilla en el camino para otros lugares muy visitados.  Así que nuestro trazado fue a tenerla como objetivo, pero no de modo directo como hacen los famas, sino callejeando por carreteras secundarias y terciarias.

Transitando por los Montes de Toledo en el mapa de papel, aún lo llevamos, pueden aparecer detrás de un mar de matorrales de jara, lugares como La Nava de Ricomalillo que en la bajada nos mostraba así de impúdico, su cementerio. No paramos más que a hacer un par de fotos.


Penetramos poco después en lugares de tierra muy roja y plúrimas curvas. Algo poco recomendable para entretener el inicio de un viaje tan largo: se llama el rincón de Anchuras y dudo mucho que yo vuelva a pasar por allí: quizá por eso mismo paramos a hacer fotos testimoniales.

No ha mucho que llovió y por ello pude fotografiar estos enrojecidos charcos


Sobre la tierra roja crecen los alcornoques, a estos les recolectaron su corcho hace poco tiempo, y exhiben esta madera tan llamativa. España o Portugal son los primeros productores mundiales de esta corteza.
un olivar de Anchuras.


A continuación de Anchuras está Cabañeros que ya permite viajar por cómodas rectas.


Ovejas pastando en el parque nacional de Cabañeros, supongo que con su leche se hace el queso manchego.

Creo que lo hicieron parque natural a raíz de las protestas por el campo de tiro. Representa el bosque mediterráneo aunque todavía nos queden 300 kilómetros para el mentado mar.


Llegamos a Ciudad Real y esta es la mejor foto que pude sacar de su catedral.

Los ábisdes de las catedrales suelen ser hermosos pero este está tapado por un feo edificio adosado.
una plaza mayor desigualmente fea por los cuatro costados. Aquello de enfrente es el ayuntamiento, de 1954 o 64. Olvidé contaros que Ciudad Real durante la guerra fue llamada Ciudad Libre, por eso de quitar el Real.
Trasera del ayuntamiento. El cielo, desde luego, estaba rumboso de belleza.


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No nos quedamos a comer en la capital, compramos provisiones para sumarlas a las que traíamos y por el camino, a falta de árboles, nos dio sombra para el refrigerio esta iglesia derruida, que aprovechan también las cigüeñas. 

También me proporcionó el postre. Pero no abusé: las uvas tienen mucho azúcar.
no creo que se notaran un par de racimos pequeños, que es lo que tomé. Los modernos molinos de viento son testigos.


(continuará)
 









 

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