miércoles, 20 de octubre de 2021

Tenemos mucho que estudiar

Ayer me tocaba revisión del coche, Inspección Técnica de Vehículos: la ITV que ya ha traspasado esté ámbito para usarse en la salud. Mi coche tiene trece años, con lo que llevo siete pasándola anualmente.

Ayer me obligaron a cambiar dos de las cuatro ruedas, esas que lo último que hicieron, no he tocado el coche desde entonces, fue pasearme por el sudeste de España y que todavía tardaré en ilustraros. Compré las más baratas, y descubrí buceando por internet que su fábrica está en La India. Las mías se almacenaron para recliclarlas, por eso me cobraron un dinero aunque, la verdad,  no se sabe muy bien qué hacer con estas ruedas salvo almacenarlas en lugares como Seseña y otros que misteriosamente arden "a lo bestia" y siempre sin culpables. (llámalo X)

Titulo este artículo tenemos mucho que estudiar porque es así, del cerdo se aprovechaba todo y del automóvil casi nada, en mi viaje pasé sin fotografiarlos por varios desguaces; está muy bien reutilizar las piezas, como los trasplantes en humanos, pero lo demás, la mayoría, se aplasta, se achatarra, cristales incluidos. Se reduce y no sé si se aprovechará tanto plástico goma, diferentes metales, pintura, moqueta, tantas texturas, hijas de tantas fábricas auxiliares.

Por pensar solo en los neumáticos, que arderán en algún vertedero accidentalmente, hace décadas, cuando éramos pobres, se recauchutaban, (algo así como hacer un empaste en una muela) claro que ahora somos más ricos y eso no era del todo seguro -dicen-,  pero se podía/debía estudiar que fuera más seguro, si es que realmente no lo era y comprar ruedas nuevas es lo que queríamos ya que "podemos".

Pero no, no reciclamos, nos seguimos cargando el mundo como si tuviéramos un repuesto para mudarnos cuando queramos, ¿volverán a crecer naranjos sanos en el solar donde hubo un desguace? ¿volverá a crecer el trigo en la finca de Seseña donde ardieron varias semanas toda esa cantidad de neumáticos?

No, somos el caballo de Atila y la cabeza de Atila no piensa que el mundo sigue empeorando; que el humo negro de aquéllos neumáticos que nadie quiere ver "que se los lleven, que los quiten de mi vista" no empeora el cambio climático más que la ciencia o la artesanía del reciclaje, que es complicada, cara y laboriosa, y además carece de "glamour".

El mundo va de culo, cuesta abajo, y sin frenos. Una verdad muy gráfica, parece una historieta, que se decía antes,

Pero no queremos saber nada: ¡Qué pereza da estudiar cuando se es rico!

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