El pasado lunes 9 pusieron en la segunda cadena de Televisión Española una película de 1936. Por ese exclusivo motivo me quedé a verla. Obviamente era anterior al 18 de julio, inicio de La Guerra.
La presentadora dijo que sería un descubrimiento para la mayoría de los espectadores.
Es un musical muy agradable, -aunque quizá demasiado trasnochado para los gustos de ahora-, que tiene un 80% de música, bailes y figurantes que hubiera tenido uno de Fred Astaire. El protagonista fue encarnado por el actor Roberto Rey que, aparte de cantar, bailaba muy bien el vals.
Cuenta una historia romántica en el entorno de una fábrica de galletas. Hay obreras, obreros y jefes, pero no aparece nada ideológico.
¿Y por qué pienso yo que podría ser ideológico? Será porque todo el cine posterior a la guerra tenía que ver con el imperio o la guerra civil, o los santos; algo bastante sombrío y nunca exento de ideología e imágenes convenientes para el régimen. No sé el tiempo que tardó en hacerse en la posguerra franquista un cine sin sabor a plomo, a hierro, o a incienso.
Sin querer, uno se figura que las cosas en el 36 estarían bastante crispadas: había algunos asesinatos políticos, aceleración de la reforma agraria paralizada por el bienio negro, liberación de obreros asturianos presos tras la "revolución" de 1934, discursos altisonantes en el parlamento...
Pero no era así, España estaba dentro de unos quicios razonables; podía haberse librado perfectamente de la guerra civil, el ambiente no era un polvorín, ni la ideología del Frente Popular era totalitaria o intervencionista, como lo que vino después. (Yo esto ya lo había comprobado al conocer la revista Avila Turística, que se crea en 1935, para satisfacer la pacífica demanda de hacer turismo en esa provincia).
Mucha gente no sabe que era una república burguesa hasta el punto de que ni siquiera a la llegada del Frente Popular, se establecieron relaciones diplomáticas con la URSS. Eso fue ya en plena Guerra Civil (los estaban comprando tanques y aviones).
Sucede que yo, a pesar de ser un estudioso de la Guerra Civil, no puedo evitar tener en la mente eso que preconizan y machacan los franquistas: que la guerra ya estaba en marcha, que la empezaron los asturianos en 1934, que el ambiente era apocalíptico, cuando no es así. Parece mentira que todavía haya que afirmar esto: la guerra la empezaron los conspiradores civiles y militares el 18 de julio de 1.936 y, como les salió tan monstruosa, siempre han tratado, desde Arrarás a Pío Moa, de cargarle el "muerto" de haberla empezado " a los rojos".
Esta encantadora película http://www.rtve.es/alacarta/videos/historia-de-nuestro-cine/historia-nuestro-cine-bailarin-trabajador/3354438/estremece a un servidor porque piensa que en unos meses todos los personajes que participaron en ella empezaron a sufrir bombardeos, asesinatos, alistamientos, controles, escaseces y otras penurias sin cuento pero eso no es lo más importante, ni lo más revelador.
El hecho de que ahora muchos la descubramos, y que mis padres que nacieron en el 1937 y en el 1940 no la vieran nunca, y si vieron Raza o Balarrasa o el Alcázar no se rinde. ¿Por qué un estupendo vehículo de entretenimiento, de bella factura y rotunda fotografía, fue silenciado en su tiempo?
Y contesto: porque hablaba de paz y alegría en 1936. Porque desarmaba la guerra.
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