jueves, 24 de octubre de 2019

Franco y yo

Mi primer recuerdo debe ser que cuando jugábamos o decidíamos algo a cara o cruz, siempre salía su cara, cuando salía "cara".
Cuando se murió yo tenía 11 años recién cumplidos y creo que deseaba que se muriera ya para que nos dejaran de historias médicas con ese viejo, y porque siempre, de joven, agradeces los cambios. Luego llegó la alegría de que nos regalaran una semana de vacaciones sin escuela. Recuerdo que un primo segundo mío que vivía en Madrid, se vino al pueblo esos días de noviembre, y estuvimos jugando al fútbol.
También recuerdo que la noche anterior nos pusieron en la televisión (la única que había)  "Objetivo Birmania", una película de guerra con  muchos tiros, que mis padres me dejaron ver hasta el final. No sé si entonces ya asociaba yo a Franco con la guerra, pero desde entonces sí le asocié, más teniendo en cuenta los desfiles militares que hicieron los días después, mientras estaba de cuerpo presente.

Me sabía por entonces dos chistes de Franco:
Uno era,
¿En que se parece Franco a Manolo Escobar?
-En que a Manolo Escobar le robaron el carro y a Franco al Carrero

Este chiste fue por el asesinato de Carrero Blanco por ETA. Un día se lo conté a mi padre y me dijo que no fuera diciendo esas cosas por ahí, no fuera a ser que tuviéramos problemas.



El otro chiste era por la comparación con la moneda:
Resulta que a los franceses les parecía un desorden que Franco se llamara igual que su moneda y entonces decidieron proponer que el presidente de Francia se llamara Franco y que Franco se llamara como nuestra moneda: Peseta.
A Franco, en principio, le pareció bien esa reordenación; pero su mujer, que se llamaba Carmen Polo, protestó airadamente porque se sintió devaluada.
-No quiero, porque a mí me llamarán Carmen "polo de peseta".

Un polo de peseta sería un polo muy barato.

Los chistes son infantiles, pero ¿qué queréis? uno con 11 años no tenía el humor muy desarrollado.

Bueno, pues parece que a la fuerza reúnen hoy a este matrimonio, cuando es de lo más natural, ya que estuvieron juntos desde los años 20. Lo antinatural era que este hombre estuviera en un lugar de honor realizado con mucho gasto, para contener muertos de la guerra civil cuando fue de los culpables de su inicio y, además,  no murió en ella como los otros.

Yo he pasado muchas veces por la entrada a ese sitio pero, a pesar de mi natural curiosidad, y de mi manifiesto interés por la guerra civil nunca he entrado, (creo que, además, es gratis si sube uno andando). No quería mezclarme, ni que me confundieran. con la gente que subía allí.


Por mi parte, puede que la próxima vez que pase por la puerta con tiempo, sí entre a ver aquéllo.

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