lunes, 8 de junio de 2015

El desembargo cultural.


PRÓXIMAMENTE EN ESTA PANTALLA: Estados Unidos levantará el embargo (que no bloqueo que dicen ellos) comercial a Cuba.

El pasado sábado mi hija vio por decimosegunda vez su película favorita: El Apartamento de Billy Bilder, y pensé que por culpa de esas mandangas ideológicas del siglo XX esta cinta, que fue oscar a la  mejor película en 1960, seguramente será desconocida para nueve millones de cubanos, (no me molesto en calcular toda la gente que murió sin verla desde 1960 hasta hoy)

En la crítica cinematográfica a veces se califica una película de imprescindible, pero El Apartamento llega mucho más allá, enseña a vivir: es tan valiosa para la vida que me parece un latrocinio importante el que todos esos cubanos, gente culta y sensible, se hayan pasado todo este tiempo sin ensanchar su alma con esta obra de arte.
Si me pongo a escribir nombres de películas ocuparía varios folios escribiendo títulos imprescindibles, que me han formado ética o estéticamente y nunca sabré exactamente en qué medida. Como amo este pilar fundamental de la cultura del siglo XX, pienso en la cojera cultural tan insoportable que padecería si fuera virgen ahora. (por ejemplo, no entendería la mitad de los chistes de Los Simpson)
Pero, por otro lado, los cubanos van a tener la suerte de ver por primera vez películas como Hair o La Lista de Sindler, o Platoon o LA Confidencial o Fargo o Senderos de Gloria o West Side Story... Son envidiables.
¡Qué sentimiento tendrán! De agradecimiento por poder haber llegado vivos a disfrutar del cine con mayúsculas, pero también de melancolía por haber sido estafado su tiempo sin ver lo que estaba germinado en el resto de almas de todo el mundo. De añoranza pensando que podrían haber visto esa película con su madre que ya murió, sus hijos pequeños,  con su pareja.

Además, todos los que nos creemos creadores, y los que lo son, sabemos que no creamos de la nada, que el deseo de crear una obra parte de la fascinación por otra. Así, los que se han vito privados del arte tendrían como carencia:
 1.- el deseo de crear
 2.- la inspiración que produce la creación ajena
 3, 4 , 5..., y la copia, la reacción, la cita, la crítica, que estimula esa creación

Cuánto ha impedido nacer el embargo cultural. Nunca lo sabremos.

QUE SEAN BIENVENIDOS AL CINE. Esperemos que alguna mente válida sepa como administrar la alimentación cinematográfica de los cubanos cuando se produzca en desembargo. Confieso que yo no sabría por donde empezar.

PD: a mí me han inspirado este artículo West Side Story y El Apartamento.  


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