Este relato, que escribí para un concurso radiofónico de
literatura breve que hacía Juan José Millás en la cadena SER. El tema dado era
“un euro”.
UN EURO
No quiero ver al Mariano. Hoy menos que nunca aguantaré su
incitante presencia a la puerta de su tienda de ultramarinos. Sé que me pondré
roja y me derrumbaré. Debería haber dado un rodeo. Ojalá ahora esté dentro con
otra mujer, escogiendo para ella un kilo de tomates o poniéndole sobre el
mostrador un paquete de galletas. No, no me importa que hoy sea otra la que
reciba directamente a la cara esa sonrisa que a mí me hace bajar la vista. Es
algo contradictorio, porque lo deseo y me excita, pero también me da miedo que un día deje
de ser fiel a La Sole
y me agarre de la mano para conducirme con sus brazos viriles hasta la
trastienda, donde me poseerá entre paquetes de azúcar y sacos de patatas.
Pero hoy estoy segura, más que nunca, de que no
resistiré su mirada. Me derrumbaría si saliera ahora.
Voy a pasar... ¡que no salga!
Quedaré a su merced y será violento para los dos: cuando me mire, verá que traigo estas dos bolsas del nuevo
Supermercado.
-Es un sofoco
serle infiel, pero es que, comprando allí, me ahorro un euro.
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