sábado, 22 de noviembre de 2014

Ron Lalá, ¿quién da más?


Un día después de El Mágico Prodigioso, -fue el 8 de noviembre- uno sólo podía tener dudas de que algo, clásico también, pudiera ocupar el perfume poético del que salí impregnado la noche anterior. No pasaron ni 24 horas: de las 22 a las 24 del día 7, inhalamos poética calderoniana y a las 21 del día 8 ya empezaban estos gamberros eruditos a jugar con los tópicos del Quijote.
Un quijote literal y, a veces  deconstruído en verso, con oficio, no con el genio calderoniano de ayer, pero eficaz y efectivamente. Que va de menos a más, con una virilidad y con una música ascendente, en ritmo y en volumen, -uno en el espectáculo presiente que "lo van a volver a hacer" http://guerracivilenlas5villasdeavila.blogspot.com.es/2013/03/ron-la-la-con-los-casicos-hasta-el.html- precipitado con la bacanal y la virtual conga final en la que envuelven al público, todos alegrados de habernos conocido, de querer a nuestros clásicos, de reconocerlos, de reivindicarlos.

Un trabajo tremendo, vivo, de improvisadores avisados, buenos encajadores de certeras morcillas. Saltimbanquis, comediantes, titiriteros, bufones, embaucadores, que consiguen llenar de chispas al público, en un lugar común y viejo que parece nuevo, resucitado, reviviendo. Te traen y te llevan. Nadie se quedó atrás, tuviera erudición quijotesca o no, y todos nos hartamos a aplaudir sinceramente. Sin saber muy bien a qué, porque, ciertamente, fue un pupurri. ¡Qué maravilla de la comunicación es el arte en comunión!

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