sábado, 28 de octubre de 2023

Priego, donde nació un presidente de la República (aunque, como a los reyes, nadie le votó nunca directamente)

 Al llegar observamos el título del parque Niceto Alcalá Zamora, aunque había tantas cosas que ver en el pueblo que al final nos quedamos sin entrar.

Sí veríamos en su casa museo natal, que entraba en el bono cultural que adquirimos al subir al castillo.


Es muy interesante para los estudiosos del personaje, no muy reivindicado por el republicanismo de izquierdas: por católico, y porque se desentendió en la guerra. Claro que le habían hecho la "cama" malamente y le destituyeron por disolver dos veces las cortes cuando una disolución no fue por su voluntad, sino por imperativo legal, pero es que ya mandada el Frente Popular y les estorbaba. Así nombraron a Azaña que tampoco le trata nada bien en sus diarios privados.

Tengo unas memorias de él sin leer, publicadas por Espejo de España, quiero decir que son solventes, porque también denuncié en estas páginas un libro falsificado que salió recientemente.

La casa es también un paseo etnográfico donde se reunen las maneras de vivir de una clase acomodada, la familia de este señor tenía cortijo también, y bien pudo pagarle los estudios de abogado.



La casa tenía bodega como bien se vé. También cocina, despensa, dormitorios, todo lleno de cacharros variados y adornos de la época. Nos ofrecieron un aparato audioguía que supongo que explicaría el porqué de estas maletas: que murió en el exilio o alguna otra razón. De lo que estoy seguro es que como los zapatos de Austvitz, es de lo que más fotografía la gente.

Pero a mí lo que más me interesó fue esta encina que hay en el corral de la casa de Alcalá Zamora: la más monumental que hayan visto mis ojos. En mi pueblo existen muchísimas encinas, -yo desde que heredé de mi padre soy propietario de un número que no puedo precisar- y hasta los 13 años siempre me calenté con leña de encina, y me subí a unas cuantas. Creo que la encina es mi árbol favorito. De éste recogí dos bellotas del suelo y las he sembrado en el huerto, por si tengo tataranietos que pueden llegar a ver un árbol así. Pregunté al taquillero y me dijo que todo el mundo se impresiona de este ejemplar y que es del siglo XIX.

 

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