La vez anterior que veníamos muy muñozmolinianos nos encantó buscar los pasos del jinete polaco. Vinimos como para un día o dos, y al final dormimos otra noche más, los tres, en la tienda de campaña que montamos en su camping. Recuerdo que nos despertaba todas las mañanas un gallo cercano al que yo llamaba Pavarotti, porque entonces mi hija todavía me reía los chistes.
Ahora somos burguesazos y aprovechando que viajamos fuera de temporada dormimos en buenos hoteles.
Siguiendo los pasos de Antonio Muñoz Molina, en esta fuente de pequeño, vio parte de una teta de una gitana que cogía agua.
Y llegamos a esta plazuela.
Este es el palacio que está enfrente de la casa natal de Muñoz Molina, donde supuestamente se hallaron los huesos emparedados de alguna historia que recrea.
Ya no lo dejamos, y buscamos la casa donde nació el otro artista célebre de la localidad.
Aunque esta plaza del 1º de Mayo está presidida por una estatua de San Juan de la Cruz.
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