El medio ambiente hay que pagarlo. Los vegetales capturan anhídirdo carbono del aire y devuelven oxígeno. Los vegetales dan frescura y comen algo de lo mucho que nosotros quemamos y que produce el temible efecto invernadero.
Pues si no se cuidan solos hay que cuidarlos, porque el bosque entre Santa Cruz del Valle y Pedro Bernardo que está ardiendo ahora, junto con otros mil más en todo el mundo ( a lo mejor me quedo corto), nos regalaba oxígeno y ahora nos está cagando anhídrido carbónico. Tardarán décadas para que esa fábrica de oxígeno vuelva a trabajar como lo hacía hasta el pasado viernes.
Soluciones: gastarse el dinero en ello. Quitándolo de donde sea. Subvencionar aprovechamientos forestales que no son rentables: resina, tablas, pellets. Subvencionar hasta que sea interesante montar una empresa que limpie los combustibles más peligrosos que se acumulan. Subvencionar la ganadería y la agricultura de montaña. Con dinero, con mucho dinero, para que los agricultores pastores y vaqueros puedan tener un buen sueldo y un horario con sus horas de descanso y vacaciones.
También nos ahorraremos algo en aviones y bomberos, en cubrir noticias veraniegas de incendios.
España necesita pastores y leñadores. Y los necesita ya para el futuro, porque hay mucho trabajo que hacer. Si apostamos por el aire, que antes era gratis y ahora cuesta dinero, haremos el negocio de nuestras vidas.
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