miércoles, 29 de octubre de 2025

Un poco más de Auch

 


En la iglesia de San Orencio nos pedían para pagar la restauración del órgano.


Un rincón para que los perros caguen. Es peligroso mirar al móvil mientras se anda por Francia porque los dueños de los perros no tienen la costumbre de recoger las cacas, ni llevan bolsas para ello de la mano, mucho menos espolvoreadores para el pis. 
Nos extraña mucho que nosotros les ganemos en este terreno de la civilidad.
En la jardinería decididamente nos golean.



En este parque, tan bien cuidado, prohíben los perros, aún los atados (claro, como sus dueños no tienen la costumbre de recoger sus deposiciones sólidas...) 


El palacio de justicia, de perfil. Estuvimos cuando se conoció la condena a Sarkocy, quien criticó la sentencia muy duramente, y fue a su vez muy criticado por su abusivo ataque al tercer poder. A día de hoy ya entró en prisión.




En Francia no hemos visto bazares chinos ni restaurantes chinos, este quebró. Hay muchos negros africanos y caribeños, también magrebíes y muchos vietnamitas (no sé si la sobreabundancia de vietnamitas -indochinos- explica la casi total ausencia de chinos)


detrás de esta fuente tan céntrica está nuestro viejo hotel. Para subir por el ascensor teníamos que pasar por el restaurante y olía muy bien, además de estar lleno.



Hay un parque en la acrópolis que tiene un prócer que no recuerdo.
Estas hojas debieron caer ese día, o esa tarde: porque constantemente están limpiando.





los jardines están virtuosamente cuidados tanto por los jardineros como por la gente.

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