lunes, 8 de abril de 2019

ESCRITO DE OÍDAS

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No hay nadie más abnegado e idealista que un aficionado a un instrumento musical que no toca bien.

Es paradójica la situación, porque gustándole a este sujeto la música con delirio ¿cómo si no perseveraría en su instrumento con tan malos resultados? sus oídos tienen que resignarse a la baja calidad de la música que interpreta cuando ensaya, pero se alimenta con salsa de la ilusión de hacerlo bien un día en público.

No hay nada más parecido al mito de Sísifo: aquel griego que subía una piedra a la montaña y se le caía y volvía a subirla "en bucle", como se dice ahora.

Yo soy ese músico, a nadie he oído más que a mí: uno de los peores guitarristas que conozco, pero me satisfago con la narcótica ilusión de algún día hacerlo enteramente bien, comunicar, deslumbrar, encantar...  Confieso que, mientras tanto, hay fragmentos de las músicas en los que gozo extáticamente (o algo así).

Supongo que si hubiera dedicado a practicar la literatura tanto como a la música tendría diez o doce libros.

Pero es la música la que me puede, como los cantos de las sirenas a los marineros de Ulises. No es racional, lo sé; pero nunca he abjurado de esta práctica viciosa. Me permito enamorarme platónicamente a mi edad: es una parte de Juanito que nunca morirá.

Desde hace una semana estudio para perpetrar a solo esta maravilla.
 https://www.youtube.com/watch?v=CLOqNeCps20&list=RDCLOqNeCps20&start_radio=1

Y en primicia os adelanto que pronto estrenaré en youtube, la música, inédita en guitarra, de un compositor checo; eso si soy capaz de hacerla medio bien.
Es mucha responsabilidad; sospecho que grabarla será un suplicio, pero estoy empecinado.
Ya veremos.

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