lunes, 1 de octubre de 2018

UNA FÁCIL SOLUCIÓN

El comercio mundial camina a lomos de trajetas de plástico. El que tanto dinero se canalice a través de ellas puede ser el definitivo yacimiento recaudatorio para las haciendas públicas.
Por otro lado, así se podrían introducir elementos proteccionistas, es decir, si se grava el comercio electrónico se beneficiará de nuevo al comercio local, a los arreglos de aparatos, aunque también la economía sumergida. etc.

Creo, no obstante,  que merece la pena que hacienda grave esas transacciones. Supongo que están esperando a que "entre" más gente todavía; cuando eso suceda, creo que será mucho más sencillo cobrar, y será además un instrumento para que los estados puedan tamizar los abusos de los lugares donde no hay derechos medioambientales, o laborales, o simplemente proteger la propia economía.
Lo veremos.

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