miércoles, 14 de diciembre de 2016

Andrés Segovia

Creo que todos los guitarristas clásicos que nos iniciamos en los años 80 pasamos por su repertorio. Era el ídolo, y toda la devoción que nos transmitían era justa, aunque también contraproducente. Yo busqué su nombre, que ya estaba en todas las enciclopedias. Entonces era un anciano sentencioso e hiperconsciente de que había descubierto y colonizado un continente de seis cuerdas y 19 trastes, (creo que en sus guitarras nunca hubo un traste nº 20) un terreno que ya existía y que hubieran descubierto y colonizado de forma diferente otros, pero fue él y ordenó edificar mucho allí:  Torroba, Tansmann, Rodrigo, Falla, Turina, Villalobos, Castelnuovo Tedesco y decenas de compositores más no hubieran escrito tanto y tan bien para la guitarra, de no existir Andrés Segovia.
Luego está la pasión por Bach, que tenemos todos los guitarristas (también) porque la tenía él y nos la transmitió.

Pero hay momentos en que todos tenemos que renegar, pasar por nuestro complejo de Edipo, matar al padre, (porque reconocemos que había -y es que había- contemporáneos y anteriores), dudar de sus sentencias de octogenario, que había sido multilaureado y multientrevistado desde que antes que se creara la televisión.

Por supuesto que es mejor guitarrista Paco de Lucía que Andrés Segovia: durante mucho tiempo se le seguirá escuchando con el más intenso placer, y no por curiosidad histórica de hacer homenaje al maestro fundador. Por supuesto, que el repertorio original de Agustín Barrios Mangoré es el más importante del siglo XX. A ambos ninguneó, y a mucha gente que se le quisiera acercar, incluso a su seguidor Narciso Yepes, a quien reprochaba tocar en una fea guitarra de 10 cuerdas, Yepes estaba tocando en Japón cuando se enteró de su muerte y tocó el segundo movimiento del concierto de Aranjuez en su honor.

Si algún guitarrista merece una estatua es Andrés Segovia. Hoy he disfrutado en su justa medida de este programa de 1972 que no me atrevo a recomendar porque son más de 40 minutos, pero sí hacia el minuto 24 donde cuenta una anécdota de Federico García Lorca, yo que me leí los dos tomos de la biografía de Ian Gibson, reconozco a Federico, gran lástima que el entrevistador le cortara. https://www.youtube.com/watch?v=HPCXpS-yI3A

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