miércoles, 9 de noviembre de 2016

La envidia y los cojones encima de la mesa.

Ha ganado Trump. Me sorprende porque me daba la impresión que su argumento electoral  era la segunda parte del título que he puesto arriba.
Sí. Suponía que los empresarios cementeros le votarían, porque va a dar mucho trabajo construir el muro que ha prometido, y que, además, hará pagar a Méjico. No sé si es la primera vez que un gobernante promete que le va a sacar dinero del bolsillo a contribuyentes de otro país; creo que tamaño abuso solo se le podía haber ocurrido a Hitler.
También ha prometido que encarcelará a su contrincante Hillary Clinton; eso en una democracia es arrogarse el poder judicial. No creo que lo cumpla con la ley; con los cojones encima de la mesa puede ser, pero esto es ilegal (tendrá que cambiar las leyes penales y, además, hacerlas retroactivas: otro clásico de Hitler)
No me termino de explicar como un pueblo como el norteamericano sigue a un especímen humano como este, que una de las cosas que hace es pasearse por el mundo en un gran avión con capacidad para cien personas, consumiendo y contaminando muchísimo más de lo razonable para una sola persona, claro que otra de sus creencias es que lo del cambio climático es un mito.
En este aspecto, como habitante de la Tierra y padre de otra habitante que desearía que llegara a cumplir 101 años en el siglo veintidós,  me echo a temblar: el país más rico y poderoso científicamente, que podría liderar la contención de la contaminación y todos sus nefastas consecuencias, se apunta "al todo vale, que este planeta lo aguanta; y esos datos (el Polo Norte se derrite, los últimos años son los más cálidos desde que se tienen registros, etc.)  son pamplinas en las que los humanos no tenemos influencia".


Mi esperanza era que la mitad de la población es femenina, y que una parte de la masculina está formada por minorías morenas que este hombre blanco y millonario desprecia y las considera "sospechosas" y maleantes.

Pero me he equivocado: tiene que haber muchas mujeres y morenos que han votado a Trump. Aquí entra a jugar la primera parte de mi título: creo que muchas mujeres envidian a Hillary Clinton porque es inteligente culta y atractiva. Muchas mujeres españolas que yo he conocido, aunque sean feministas, tienen un odio especial e irracional a esas "marisabidillas", cosa que a los varones no nos pasa tanto. Estoy convencido de que ese tipo de mujer, que no es pequeño porcentaje, ha votado a Trump.
Luego está el voto antisistema el de "se van a enterar" ...

Mi esperanza es que las instituciones:  Congreso, Senado, Poder Judicial, Ejército.... domestiquen a este hombre o que, al menos, no quiera hacer funcionar la política internacional a base de poner los cojones encima de la mesa.

3 comentarios:

  1. Me quedo con el último párrafo. Ser presidente en contra de tu propio partido es ser muy poco. Para mí que no acaba el mandato.

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  2. Si está en su mano lo acabará, seguro que vencería su tozudez aún en el caso de que comprendiera que lo estaba haciendo rematadamente mal. A pasar de la mayoría conservadora que actualmente hay en Estados Unidos, se ha visto en el Congreso y el Senado, no ha aflojado ante sus contrincantes republicanos, aún a riesgo de haber hecho perder la presidencia a los republicanos a manos de una demócrata y mujer. Ojalá la cordura le llegue al ver la responsabilidad que ha asumido o le controlen los republicanos.

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