lunes, 20 de junio de 2016

La propiedad informática.

En mi trabajo en una oficina judicial asisto a algunas "tomas de posesión" en las que en nombre del Juez de 1ª instancia le entregamos una casa a un banco o le devolvemos la casa a un arrendador a quien han dejado de pagar.

Lo primero que hace un propietario es cambiar la cerradura, así se garantiza que solo él podrá entrar. En la informática (si está conectada) no es así, al menos si se tiene Windows. Compramos en mi familia un ordenador el año pasado que tenía instalado el  Windows 7: lo pagábamos junto al aparato.
No estamos insatisfechos con su funcionamiento, pero ahora la empresa nos quiere cambiar a Windows 10, -todo el mundo dice que con este sistema los ordenadores están más controlados y que  van peor, nosotros no queremos cambiar. Pero ahí está sugiriéndonolo cada vez que nos enchufamos o desencufamos. ¿Quien es el propietario de mi ordenador? ¿Quién tiene la llave?


Es imposible para personas corrientes escapar a la presión del verdadero dueño de nuestro ordenador, que es el señor Windows, como dice el viejo chiste: date por jodida.(1)

Realmente ellos tienen la sartén, el mango y el aceite; y yo  no puedo comerme crudo el filete. Si te quieren mostrar algo que no quieres ver te lo meterán, y al final dirás venga sí, acepto, dejadme en paz. Aunque no sé por qué tanto dibujo: también pueden decir sí por ellos mismos. Seguro que además se lo he consentido eso en uno de los "contratos" que te ponen al principio  y que te dicen que leas, pero solamente vas hasta el final y dices Sí, acepto, porque tienes prisa por estrenar lo que has comprado.

Como magistralmente escribió y leyó Cortázar de un humilde reloj de cuerda tu eres el regalado; a ti te ofrecen para el cumpleaños del reloj. https://www.youtube.com/watch?v=oxMZ129dnt8

Es imposible cortar esto a no ser que uno se lo haga a sí mismo; pero esto de la informática es muy distinto al huerto que me compré donde recoger mi fruta y cultivarme mis hortalizas, allí siembro o planto lo que quiero y donde quiero, y he levantado una pared y mandado hacer una puerta en la que, si quiero, puedo poner mi candado. Pero mi ordenador no sé si tiene puertas y dudo que yo supiera cerrarlas.
Imaginemos que alguien decide entrar y borrarme todo lo que tengo. Se puede hacer ¿dónde está la policía que puede entender que eso haya sucedido?. ¿Cómo se denuncia y se demuestra que no lo he hecho yo sino, ellos si ellos tienen la sartén, el mango y el aceite?
Esperemos que alguien sabio y justo esté al mando, ¿quién es? ¿Acaso no estará en Estados Unidos? porque lo que tengo claro es que yo no mando en el ordenador que me compré más que si no lo uso, o lo destruyo.



(1) EL VIEJO CHISTE DICE ASÍ
Llegó en tren  a un pueblo aragonés un sacerdote nuevo y fue a buscarle a la estación con el carro para llevarle el equipaje, un joven llamado Juanico.
Subidos al carro, el cura ofreció un cigarrillo de su pitillera a Juanico, que aceptó, pero  se prendó de ella:
-¡Qué bonita pitillera!, me la tiene usted que regalar -dijo el mozo-
-No se la regalo, la tengo en mucho aprecio, además es cara -respondió el cura-.
-No, mire aquí es la costumbre hacer un regalo a quien le va a recibir y carga con su equipaje como he hecho yo.
-Pues me bajo de su carro que yo no le he pedido que venga.
-No, pues usted me la tiene que regalar porque bla, bla , bla, (el chiste puede hacerse un poco más largo)
Total: que después de tanta insistencia el cura le regaló la pitillera.

Días después se encontraba el cura confesando y entró una joven feligresa.
Mire señor cura; yo no quiero pecar contra el sexto mandamiento y además quiero mantenerme virgen hasta el matrimonio. Pero mi novio insiste en tocarme y quererme llevar "al huerto"
Pues hija, sé fuerte. Acuérdate de la santísima Virgen maría y de todas las santas que resistieron grandes acosos y tentaciones.
Sí, padre, pero es que mi novio es muy pesado.
¿Cómo se llama tu novio? le preguntó el confesor
-Juanico, señor cura.
Pues ... date por jodida

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