martes, 3 de diciembre de 2013

CARLOTA RAINSBERG, UNA NOVELA INTRANSCENDENTE


Todo lo que encuentre de este autor a un euro lo compraré y lo leeré. También leo, dosificando, de la biblioteca pública; que hay unos cuantos.
Este libro no me gustó al principio nada; afortunadamente no eché mano de él después de nuestro encuentro con el autor en una calle de Santander, porque no me habría encantado ni, a lo peor, inoculado el virus muñozmolinista. No habríamos programado nuestro viaje a Úbeda  y Baeza, quizás sería más pobre en sensibilidad, en apreciación (no lo sé: también habría leído otros libros en su lugar).
Me molestan los libros en los que el autor (o el editor) presupone que todos dominamos un poco el inglés. El libro es la narración que le hace un viajante español a un residente español en un aereopuerto, cuyas pistas están temporalmente cerradas (por un "temporal" de nieve, perdón por mi chistosidad)  de un ligue que tuvo en Buenos Aires.
Como he dicho, utilizan expresiones en el idioma franco y del imperio, que entorpecieron mi lectura. Por otro lado, el interlocutor-residente que uno identifica con la cara de Muñoz Molina no cae bien, también por empeñarse en utilizar expresiones en inglés, (cosa que, por otro lado, se critica). No sé si hay un mensaje dentro del mensaje.
Quizá no lo empecé bien, quizá que en el prólogo AntonioMM explica por qué, más bien pide excusas por haber escrito este libro (de encargo).

Eso mediatiza, pero es mucho, nadie lo sabe como los seguidores de este blog, mi aprecio por el de Úbeda, así que no iba a dejar de leerlo, aunque fuera por cobrar la pieza. Uno mismo (yo), a veces, no hago cosas sublimes, ni siquiera excelentes: pues a los grandes les pasa igual. No recomiendo el libro aunque, al final se deje leer, como uno más de cualquiera.

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