sábado, 4 de agosto de 2012

Viaje andaluz (más Córdoba)


La ciudad histórica de Córdoba está llena de patios cordobeses. No concibo ningún lugar más benigno, para escuchar una guitarra clásica o flamenca, que esa dimensión de vegetales y cerámicas ornando el limpio encalado. Parece que a los visitantes, al meter la nariz curiosa y admirativa, debieran siempre colmarnos de sensualidad con el almíbar que destila un guitarreo en ese “marco incomparable”.

Muchas de las casonas  con patios se han dedicado a restaurantes o a hoteles . Yo tuve la suerte, mientras preguntaba alguna cosa, de escuchar a un joven cliente que se daba el gustazo de tocar en el patio el Decamerón Negro de Leo Brouwer. El tiempo se detenía entre el fluir de las notas y yo me demoré curioseando y hasta estuve a punto de sentarme, el hostelero no me recriminaba que me quedara allí gozando. Todo era tan natural...

No hay comentarios:

Publicar un comentario