jueves, 16 de agosto de 2012

Jardín de Villa Valeria o un "remake" de La Familia de Ettore Scola


Jardín de Villa Valeria o un “remake” de La Familia de Ettore Scola.



Para los que hayan visto la recomendabilísima película de 1987, protagonizada por Vittorio Gasman, el Jardín de Villa Valeria es como aquel pasillo de la casona familiar donde hace aquellos recurrentes paseos la cámara de Scola.

En el transcurso de unos treinta años de la novela, la vida discurre y los actores secundarios, que al principio son alegres antifranquistas, se deforman, se separan y aparecen tragedias como la vida misma. Este es un relato generacional con bastantes conocidos nombres reales, (parece autobiográfico de Vicent), sobre el desencanto democrático español, fenómeno del que hay varias películas buenas y malas y supongo que habrá análogas novelas.

La vida es una experiencia corruptora y disgregadora, y contra Franco existía una omnímoda ilusión, que desapareció poco después que él, porque el franquismo era un molesto paredón que había que derribar, pero un paredón es algo más ordenado y cómodo en que apoyarse (sobre todo para estar unidos) que el campo abierto que surgió después, donde aparecieron bosques donde perderse y algún abismo donde caer.

El autor es Manuel Vicent, un autor de lectura obligada todos los domingos en la última página de El País. Gran artesano de la sinestesia, y excelente propagandista de lo mediterráneo, -sobre todo de sus tesoros vegetales-, nunca me ha defraudado ahí. Sus novelas son de lectura fácil y regalona para los oídos, y cortas, lo cual se agradece.

A la melancólica crónica de Vicent, que tiene una final sorpresa feliniana, (no salimos del Mediterráneo), le falta la música que sí tiene -y excelente- la película de Ettore Scola. Vicent trata de compensárnoslo copiándonos letras de canciones.

Pero eso: le falta la música.

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