sábado, 21 de enero de 2012

EL ORDEN INTERNACIONAL

Es manifiesto que todo ahora se hace hablar de la crisis; la más profunda desde el famoso crack del 29. Además es mundial: incluso dicen que China ya está empezando a crecer menos, (y menos que va a crecer,  tanto que flojeamos los compradores de gangas industriales que produce).

Pero recientemente se publicó que en España el pasado año la paradoja de que han aumentado las ventas de coches de lujo, Rolls Royce, Aston Martin, etc... Es decir, que hay algunos a quienes la crisis les va mejor, o les da igual. Aunque yo comprendo muy bien cómo, ni de dónde (a lo mejor era publicidad encubierta de estas marcas).

Parece que siempre hay un grupo (periódicamente se revela) de gente que especula, trafica con sustancias ilegales de alto valor añadido, desvía fondos públicos, o –y, esto lo vemos como más saludable- es deportista de élite económica o agente de esos deportistas. Sorprendentemente todos-todos estos ríos van a dar a la mar que no es el morir de Jorge Manrique, aunque sí sea una especie de muerte de los beneficios sociales que deberían rendir esos caudales amasados.



Desembocan en los paraísos fiscales, esos pequeños estados-garrapata, de los que siempre se empieza a hablar por “la Tasa Tobin” pero se terminan por olvidar al poco tiempo, gracias a oportunos escándalos que emergen o tragedias que nos colman esa atención que nunca deberíamos perder para exigir que se elimine esa injusticia.



¿No es lógico que pensáramos que los grandes y medianos líderes políticos a quienes votamos en nombre de la equidad, la justicia social, la protección de los débiles, la economía nacional..., tienen o deben algo a las desconocidas gentes poderosas que  benefician sus rentas, blindándolas en estos burladeros?.



¿Por qué esta conversación, que a todos nos interesa, nunca es una noticia mundial que “cale”, sino que siempre “resbala”?

Por primera vez, desde que escribo el blog, me empieza a entrar miedo: ¿a ver si van avenir a por mí, o me van a demandar?

Porque desde esos altos muros jurídicos edificados en los Alpes, o en el Caribe, o en Andorra Liechestein, Luxemburgo, Bermudas, Bahamas...una legión de políticos-legisladores, jueces y abogados, defienden a cualquier dinero que entre en su casa para escapar de los países donde fue ganado (o usurpado).

No me extrañaría que la globalización les estuviera viniendo de perlas.



Sigo leyendo el libro de Ian Gibson sobre Antonio Machado. Allí encontré esta copla:



Dice el burgués: Al pobre,

la caridad y gracias.

¿Justicia? no; justicias,

para guardar mi casa.



En esa “casa” moran silenciosamente los máximos beneficios del orden internacional. Allí nunca entran las crisis; se quedan fuera, en este mundo no paradisíaco donde nos entretienen haciéndonos creer que en el mundo mandan unos señores que se llaman Obama o Putin o Ju Yin Tao o Merkel.

¿Por qué nunca nos enteramos de quienes se alojan en hoteles como uno de Abu Dabi donde una habitación cuesta 6.000 € la noche?, ¿Quiénes compran los Ferraris, quiénes están en los palcos VIPS?

¿No serán algunos los mismos que han vendido las armas con las que una guerrilla islámica bloquea la ayuda humanitaria de la Cruz Roja en Somalia?

Da igual; tampoco sabemos el nombre de los muertos de hambre.



Voy a repetir que tenemos que tener muy claro que los líderes mundiales, tan listos que son  para convencernos, no pueden ser tan tontos con respecto a los paraísos fiscales: o tienen intereses en ellos o trabajan para quienes tienen esos intereses ¿les deberán algo?



¿Justicia? no; justicias,

para guardar mi casa.



Eso es el orden internacional.

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