martes, 1 de febrero de 2011

Una de servicio público.

Ayer día 30 de enero, en la gélida ciudad de Ávila, mi padre y mi madre, de 73 y 70 años de edad, sacaron de la Caja de Ahorros un sobre con una importante cantidad de dinero. Unos minutos después fueron abordados en la calle por un hombre muy gentil que advertía a mi padre de que llevaba una mancha en el chaquetón mientras comenzaba a limpiarle con un pañuelo de papel, y ya se acercaba otro con un pañuelo también a limpiarlo. Menos mal que mis progenitores iban tensos y mi madre dijo con violencia, "¡quite usted, que ya se lo limpiaré yo en mi casa!". Entonces vieron a una mujer que, sin duda, también estaba en el timo y se acercaba y decía "señor, parece que le ha cagao un pájaro déjeme que le limpie". Mis padres rechazaron la "ayuda" con gestos vehementes, y se agruparon, mi padre agarró más fuertemente el sobre y consiguieron alejarse del grupo. Al llegar a depositar el dinero a otro banco comentaron la jugada e inmediatamente el banquero llamó a los de la Caja de Ahorros para advertir de lo que había.

Son cosas, como ven, que no siempre les pasan a otros. Repítanlo y estén alerta.
Mis padres pasaron algo de miedo y, durante toda la tarde, no se quitaron la excitación de lo que pudo haber sucedido. Pero sacaron la siguiente moraleja: si se les ocurre mover dinero a partir de ahora, pagarán comisión por la transferencia.

1 comentario:

  1. Cualquiera pensaría que en Ávila nunca pasa nada con la cantidad de policías que hay de la escuela. Una puñeta para la tensión de personas mayores. Una alegría que quedara la cosa sin más consecuencia. Cuidaito, como dices, más vale pagar comisiones.
    Conspiranoia: ¿se imagina que estos atracadores -más que timadores- trabajaran al servicio de los bancos para justificar así el pago de comisiones de las transferencias?

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