lunes, 29 de noviembre de 2010

una de actualidad

Uno piensa que todo va muy deprisa. Nos vamos apuntando a todo lo nuevo y además se han puesto todos los huevos en la misma cesta. Una cesta que es virtual: el adjetivo panacea de nuestro tiempo.
Ya sabéis por donde voy: wikiliks. Internet precisamente surgió como un proyecto del ministerio de defensa de Estados Unidos para poder reproducir indefinidamente órdenes militares y resistir a una hipotética invasión rusa. Hoy precisamente parece que al gobierno USA le robaron la llave de la caja de Pandora y ahora le vemos las vergüenzas.
La misma llave de Pandora que tiene todo el mundo para saquear la propiedad intelectual de los músicos y cineastas.  Les han reducido a ceros y unos que vagan libremente por el ciberespacio, para que quien quiera quedarse con su trabajo gratis, lo haga.
Si alguien puede, que pare el carro. Muy difícil, ahora que gran parte de la economía se asienta en la comunicación entre redes de ordenadores. Mi dinero ahorrado en el banco no es más que un apunte en una cartilla, pero yo no hago los apuntes, ni ninguna otra persona, se hacen solos al meter la cartilla en el cajero, los hace un ordenador. Afortunadamente, hasta ahora, no me falta nada y todos los meses a primeros me suman los números de mi sueldo. Parece que tenemos que fiarnos de que todos nuestros ahorros estén ahí apuntados: en el ordenador de un banco.
Últimamente también he confiado cuestiones importantes y sentimientos, dentro de mi correo electrónico. Uno de los derechos fundamentales de la constitución es la inviolabilidad de las comunicaciones postales o telefónicas. Pero todos, los servidores de internet y las empresas de telefonía, tienen métodos para "mirar ahí" por ejemplo, para pincharte el teléfono o el correo electrónico si se lo pide un juez. Y esos métodos los saben personas que tienen conocimientos y claves para meterse en esa parte de nuestras vidas, si les apeteciera lo harían, porque ¿quien controla a los controladores?

Hoy, unos listos o unos traidores que tenían las claves, han dejado con el culo al aire a Estados Unidos y a muchos otros países. Hace unos años recuerdo que los DVD eran incopiables, hasta que un joven Noruego dio con la clave y la publicó en la red. Si el correo electrónico del Departamento de Estado norteamericano ha sido violado, qué no harán con el vuestro o con el mío. Esperemos que no nos conozcan aquellos que tienen ese control.

Pero hay algo peor. El dinero.
Hace unos meses pusieron en la tele una película de hace unos años, en la que Harrison Ford era un banquero al que secuestraban su familia para que hiciera una gran transferencia de dinero de su banco a un paraíso fiscal.  Hubo muchas películas parecidas al 11 de septiembre, pero siempre llegaban Superman o James Bond a salvar la civilización. Ya sabemos que el 11-S no llegaron y pasó la que pasó. Temamos las profecías cinematográficas, que algunas se van cumpliendo. A mi lo de wikiliks me puede dar relativamente igual, es una ONG de transparencia internacional y yo no tengo ningún secreto interesante que ocultar. Espero que no surja una ONG que se llame Robin Hood y decida que todos los que tenemos ahorros en el banco compartamos nuestro dinero con los pobres de la tierra.
Confiemos en que los bancos (el mío, al menos) sean menos torpes que el Departamento de Estado americano.

POSDATA: Ahora recuerdo que en la película Mary Poppins un comentario de un niño causó el pánico y un gran banco se vino abajo. No quiero causar éso. No hay peligro, este blog no lo lee casi nadie pero, tambpo se me ocurre una alternativa dónde poner (por ejemplo) al menos, la mitad de mi dinero a salvo.

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